Asida
al mástil de la poesía, Mireisy García Rojas enfila proa cada vez más
lejos. Recién se presenta, por estos días de Feria, su segundo libro,
ganador en la última edición del premio Félix Pita Rodríguez,
convocado por el Centro Provincial del Libro y la Literatura en La
Habana.
No obstante la buena navegación editorial, en la poesía de Mireisy
se habla de naufragios. La poetisa habanera no teme exponer los
sentimientos a la vista de todos. Precisamente, piensa en encontrar
compañía cuando toma papel y pluma: busca una mirada donde compartir
la nostalgia.
"Para mí escribir es una necesidad tan grande como cualquier otra,
completamente inevitable. No me alivia la soledad, pero sí el dolor
que atrae ese sentimiento¼ como cuando
lloras, solo que no escribes exclusivamente por tristeza, sino también
por alegría."
Mireisy confía en ese alguien que encienda el milagro y la invite a
zarpar desde la bruma de sus sueños.
"¿En común con el náufrago de mi libro? Casi todo. Son poemas muy
personales. No fueron construidos para un concurso, aunque lo haya
ganado luego. Escribir es un oficio solitario. Tienes que aprender a
cultivar la soledad; no siempre es malo estar solo. Para un escritor
puede ser también una fortuna. Me ocurre en ocasiones."
Quizás por eso llamó a este poemario La suerte del náufrago.
Asegura que para ella "suerte" es una palabra baúl, a la que le caben
otras adentro, aun diferentes como destino o dicha.
Y la joven natural de Bauta nació con buena estrella. A los 8 años
de edad la vocación tocó a sus puertas. Desde entonces, los motivos
para inspirarse la circundan. Solo hay que vivir, advierte. Mucho ha
aprendido en los talleres literarios, y ya comienza a acumular lauros
en diversos certámenes.
"Al igual que las monedas, los premios tienen dos caras: te abren
puertas y, a la vez, las cierran dentro de ti mismo. Cuando quieres
volver a escribir, aspiras a que la próxima entrega sea superior. Te
haces preguntas que de lo contrario no te harías. Coartas un poco tu
libertad."
Con el volumen titulado Séptimo relieve, mereció no pocos
elogios. Ahora La suerte¼ confirma
que no fue único aquel arranque de lirismo. Aún quedan desgarramientos
por compartir.
"Tras ganar el premio Félix Pita Rodríguez viví una etapa de
silencio. No quería defraudar. Escribía y después estrujaba el papel¼
hasta que al fin. Por eso titulé mi próximo libro Nacimiento oral.
Continúo creando, pero he conseguido combinar algo de oficio con otro
poco del ímpetu desenfrenado de los primeros versos."