PUERTO PADRE.— Aún le parece ver su propia silue-ta, adolescente,
escalando la cima de los libros o llevando con sus manos hasta las
profundidades del pergamino "aquellas cosas que pensaba y que no
comentaba con nadie".
Ni el tiempo en fuga, ni las tinieblas en que el destino creyó
sumir sus ojos para siempre, hace tres lustros, han podido encarcelar
esa confabulación pura, libre e inevitable de Damaisa Rojas Ochoa con
su intimidad, para seguir convirtiendo en Carne de luz (decimario
suyo en la presente Feria del Libro) "esa mezcla de sueños y ensueños
que tal vez no son y me gustaría fuesen".
"Nunca quise mostrar lo que escribía, me parecía tan personal...
pero en 1998 entré al taller literario de la Asociación Nacional del
Ciego (ANCI) en Puerto Padre. Ese mismo año obtuve el tercer premio
nacional con mi poema A tu regreso."
Vigas del invierno (poesías, editorial Sanlope, 2003) no es la
única referencia anterior a Carne de Luz (2006). Damaisa
respira y suspira en Yo, la peor de todas (antología de la
poetisa María Liliana Celorrio), en las Confesiones de Circe (Mayra
Hernández), en la cima de los concursos Miguel Bruzón y Villa Azul, en
el premio de la popularidad con que conquistó a la Atenas de Cuba...
¿Y la fuente, dónde está: la buscas, viene a ti...?
"Está. La poesía no se busca ni se fuerza. Nace. Brota de modo
irresistible. La mía es, sobre todo, intimista. Aunque le he escrito a
mis padres, a mi hijo Iván Ramón, a la amistad, a Puerto Padre... mi
obra gira en torno al amor, la soledad, la pasión. Algunas personas no
se explican cómo, sin ver, me apoyo en tantas imágenes."
Quizás no sepan (medito es-cuchando a esta joven de 32 años) que,
como afirma en uno de sus poemas, "las mejores cosas están bajo las
piedras/ y las piedras se escurren de mis manos..."
Por ello, junto al creyón labial o al peine que reconvierte en
verso su dorado cabello, Da-maisa siempre lleva en su cartera un
lapicero y papel donde... ¿escribir? Ríe y confiesa:
"Conozco el sistema Braille, pero me gusta más escribir en tinta,
con ayuda de esta reglita, igual a una que conocí en el Centro
Nacional de Rehabilitación para Ciegos. Por cierto, es insuficiente lo
llevado al Braille para leer. Por eso apabullo a quienes puedo para
que me lean páginas de algún libro."
¿Qué es para ti cada nueva edición de la Feria?
"La mejor fiesta. Un suceso en el que vale la pena invertir tiempo
y dinero. Esta me deja un halo de nostalgia. Como dirijo la ANCI en la
provincia no me puedo entregar a todo el programa. Pero tengo mis
espacios intocables: lecturas, presentaciones, intercambios..."