"Me hace muy feliz. También me dedico al ensayo, tengo
una discreta labor en el periodismo cultural y escribo cuentos para el
público adulto. Pero ninguno de estos otros oficios me causa tanta
satisfacción. Entrego lo mejor de mí con la certeza de que contribuyo
a construir un ser humano mejor".
Mauri se desempeña como presidente del Comité de la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en la provincia de La
Habana. De su imaginación han salido numerosos libros para niños.
"Para ellos hemos de escribir con naturalidad, no
tomarlos como vasos a medio llenar o vacíos, según se pensaba en el
Siglo de las Luces, que corresponde a la literatura completar. Tampoco
seguir el camino que apunta solo a sus sentimientos. Hoy el flujo de
información, los medios tan poderosos a su alcance, la televisión, la
radio, el mundo de la informática, la prensa y la educación que
reciben, los mantienen muy al tanto del mundo a su alrededor. Merecen
todo el respeto".
La pasión de nuestro entrevistado ha sido bien acogida
no solo por los pequeños lectores sino también por la crítica: con
Alguien borra las estrellas y Cuentos para no creer, ganó
el Premio Nacional de Literatura Infantil La Edad de Oro. También
obtuvo La Rosa Blanca, de la UNEAC.
"Nuestros autores han logrado aciertos impresionantes.
Muchas veces se adelantan a la literatura para adultos. Tratan temas
considerados espinosos, como migración, mercantilismo o disolución del
hogar.
Otro gran desafío radica en la singularidad de los
héroes infantiles: "El panorama creativo actual del país tropieza con
la capacidad de los medios y de la industria para canalizar
coherentemente este movimiento. Hay muchos personajes de la literatura
infantil que pudieran estar en la televisión, en los dibujos animados,
en la radio. En cambio, observamos cómo ocupan espacios ciertos héroes
nacidos de la llamada postmodernidad. Ellos consiguen enmascarar
mezquinos objetivos de venganza o intentos por conservar el poder,
detrás de su lucha contra la maldad. No encarnan ideales de justicia,
libertad o amor, sino pragmatismo por encima de la espiritualidad".
Razones de más para continuar escribiendo. El futuro
merece empeño.