Para los que gustan de la lectura, descubrir sus encantos no es
difícil. Sin embargo, convertir al libro en el amigo habitual,
requiere complejas estrategias metodológicas, fundamentalmente para
los más pequeños. Ese fue uno de los objetivos de la cuarta edición
del encuentro Niños, autores y libros. Una merienda de locos,
que durante tres días reunió a escritores y expertos de la literatura
infantil y juvenil.
Los especialistas dedicaron el evento a los 250 años de la primera
edición de La Bella y la Bestia, de Madame Leprince de Beamount;
a los 340 años del nacimiento del escritor irlandés Jonathan Swift
(autor de Los viajes de Gulliver); a los 120 años de la muerte
del novelista y ensayista escocés Robert Louis Stevenson (La isla
del tesoro); a los centenarios del nacimiento de Astrid Lindgren (Pippa
Medias Largas) y de la entrega del Premio Nobel al británico
Rudyard Kipling (El libro de la selva) y a los 30 años de la
publicación de Konrad, el niño que salió de una lata de conservas,
de Christine Nöstlinger.
Argentina, nación Invitada de Honor a la fiesta del libro en Cuba,
tuvo su espacio en el debate. Silvia Schujer, escritora de ese país,
tiene la sensación de que allí la literatura para niños y jóvenes
"está hoy en una meseta. Todo aquello que en una época entró, llegó
hasta un punto". No obstante, reconoce la belleza y la calidad de los
libros que se están publicando para los más pequeños.
¿Existe una literatura preescolar? Esa fue una de las interrogantes
que estimuló el intercambio de las opiniones entre los asistentes al
encuentro. Georgina Arias, especialista, profesora e investigadora del
Ministerio de Educación, basándose en estudios realizados con alumnos
y profesores, cree que sí deben existir libros especializados para
estos niños, aunque la mayoría de los autores escriban sin pensar a
qué público va dirigida su obra.
El amor y la muerte como parte de la obra para niños y jóvenes fue
otro de los asuntos analizados. Esther Suárez Durán, socióloga e
investigadora, considera que todos los temas pueden ser abordados,
incluso este; "sin paternalismos y sin correr el riesgo de mentir a
los niños". También llamó a la reflexión sobre quién marca la pauta en
la literatura infantil, las editoriales, los autores o los lectores y
de la necesidad de una mayor promoción en los medios de comunicación
de los autores de libros para niños y adolescentes.
El intercambio; conducido por Enrique Pérez Díaz, presidente de la
Sección de Literatura Infantil de la UNEAC, y por Mirtha González
Gutiérrez, directora de la Editorial Gente Nueva; contó, además, con
la presencia de Susana Itzcovich, presidenta de la Asociación de
Literatura Infantil de Argentina.