Levantó la mano y echó a andar

Michel Hernández
michelher@granma.cip.cu

"Silvio creó en nosotros un inexplicable escudo de belleza y de apasionada rebeldía revolucionaria que ya no nos abandonaría y ha sido uno de los más grandes trovadores del siglo XX, cuya permanencia en el imaginario popular de muchas generaciones es uno de esos misterios que seguirán mereciendo investigación y estudio."

Así precisó el escritor cubano Eduardo Heras León en la presentación del libro Que levante la mano la guitarra ante una audiencia de jóvenes que tomaron la Sala Nicolás Guillen en búsqueda del volumen de Luis Rogelio Nogueras y Víctor Casaus en el que se reúne parte esencial de la obra de Silvio Rodríguez.

El autor de Pasos en la Hierba y La guerra tuvo seis nombres recordó cómo Silvio nació en un contexto en el que "escuchábamos a los Beatles en ocultas sesiones de verdadero espiritismo musical que mitigaban nuestra hambre insaciable de lo nuevo y comenzó a desempeñar un papel que teníamos reservado para alguien como él".

"Fue —agregó— el que dijo las cosas que todos queríamos decir y no decíamos. El que cantó al amor, a la amistad, a los sueños, al dolor y a la esperanza, y el que expresó como nadie la pasión revolucionaria como una suerte de profeta de mi generación."

Víctor Casaus, director del Centro Pablo de la Torriente Brau, santuario de la trova cubana, donde hace pocos meses cuarenta trovadores protagonizaron un hecho inédito al reunirse durante un fin de semana para festejar el 60 cumpleaños de uno de los fundadores de la Nueva Trova, junto a Pablo Milanés y Noel Nicola, señaló: "Las canciones de Silvio son una invitación al ejercicio de analizar con cabeza propia lo que nos rodea, de no dejar de lado las contradicciones, de asumirlas como parte de la vida cultural y de la vida".

En la Sala Nicolás Guillén, instantes después del recorrido por las páginas de Que levante la mano¼ , el trovador Ariel Díaz, en diálogo con este redactor de Granma, comentó que el principal objetivo de esta nueva edición del libro es la posibilidad de que "nuevas generaciones hagan el descubrimiento que hicimos nosotros en las canciones de Silvio, en este momento que estamos viviendo no solo en Cuba, sino en el mundo entero".

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