Rodolfo Walsh: una huella argentina en Cuba

SONIA SÁNCHEZ
sonia.sh@granma.cip.cu

Buenas entrevistas, acertada literatura. A la sombra de este signo fue, sin dudas, concebido el volumen Rodolfo Walsh en Cuba. Agencia Prensa Latina, milicia, ron y criptografía, del escritor y periodista argentino Enrique Arrosagaray (Buenos Aires, 1953).

Enrique Arrosagaray, periodista y
escritor argentino.

Colaborador del diario Clarín, de Página 12 y otros medios, Arrosagaray, en estos días presente en la XVI Feria Internacional del Libro Cuba 2007, se adentra en un periodo de la fecunda existencia de un hombre pleno de talento y heroísmo, quien combinó el quehacer intelectual y la política, la ficción y el compromiso revolucionario.

Ese fue su compatriota Rodolfo J. Walsh (1927), oriundo de la localidad de Choele-Choel, provincia de Río Negro. Escritor, periodista, traductor y asesor de colecciones, dueño de una significativa obra que recorre en especial lo policiaco, periodístico y testimonial, entre las que destacan Operación Masacre y Quién mató a Rosendo. Uno de los fundadores de la agencia noticiosa Prensa Latina —creada por Jorge Ricardo Masetti—, vida dedicada al batallar revolucionario, sellada por el asesinato a manos de la Junta Militar (24 de marzo de 1976-10 de diciembre de 1983), que impuso el proceso más sangriento en la historia del país austral.

Publicado en el 2004 por la editorial Catálogo y presentado en Buenos Aires, el cuerpo del libro Rodolfo Walsh en Cuba¼ parte del diálogo del autor con numerosos de sus compañeros de trabajo y amigos aquí y en Argentina. Entre ellos aparecen el notable poeta y ensayista Ángel Augier, el hoy vicepresidente del Instituto Cubano del Libro Jorge Timossi, el director de Granma Internacional Gabriel Molina y el fallecido Jefe de Información de este semanario Joaquín Oramas, los periodistas Ricardo Sáez, Roberto Agudo y los fotógrafos Miguel Viñas y Pablo Pildaín. Entre los argentinos Reinaldo Masetti, hermano de Jorge; Lilia Ferreira, última esposa de Walsh, y el escritor Miguel Brascó.

"Para mi hacer este trabajo fue un aprendizaje maravilloso, una tarea de periodismo de investigación como pocas", dijo a esta redactora Arrosagaray. Nuestro encuentro permitió conocer cómo en la actualidad el título es motivo de charlas en universidades de la nación sudamericana y centros culturales. "La figura de Walsh después de 30 años de haber sido asesinado es creciente, es raro el estudiante de periodismo en Argentina que no lo conozca, en todas las facultades hay referencias sobre su persona".

Arrosagaray llega a La Habana con otro título: Biografía de Azucena Villaflor, en el que desentraña la personalidad de quien fuera la creadora del Movimiento Madres de Plaza de Mayo, mujer —asesinada por la dictadura—que salió a la luz pública para denunciar los secuestros y para buscar a su hijo y los miles de desaparecidos.

Es autor también de Cordobazo (1989), Los Villaflor de Avellaneda (1993), La resistencia y el general Valle (1996) y Rodolfo Walsh, de dramaturgo a guerrillero (2006). Sus libros apuntan sobre todo al género testimonial matizado de historia y política, sin dejar de lado el ensayo, sin embargo precisó: "Yo trato de quebrar todo eso por medio de la técnica del reportaje, lo prefiero para llevarlo a la literatura".

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