Buen año de Aminta

SONIA SÁNCHEZ
sonia.sh@granma.cip.cu

Está en La Habana y es tan divina como las mujeres que dan título a uno de sus últimos volúmenes. Una ecuatoriana que bebe de las historias diarias con tal energía como si la vida fuera una fuente a punto de agotarse.

Foto: YORDANKA ALMAGUERPara la escritora ecuatoriana Aminta Buenaño el 2006 fue un estallido literario.

Aminta Buenaño (Santa Lucía, 1958), narradora, profesora universitaria, columnista del diario El Universal, llegó a la XVI Feria Internacional del Libro Cuba 2007 portando la significativa carta de presentación de estar entre las mejores "plumas" de Ecuador.

Su obra ha trascendido las fronteras nacionales para darse a conocer en otras latitudes. La mansión de los sueños (1985), y La Otra Piel (1992), cuentos que atrapan por el embrujo y la caracterización que logra en sus personajes. El discreto encanto de lo cotidiano y Declaración de amor a Guayaquil, periodismo literario en el que acostumbra a incursionar. Parte de sus trabajos aparecen también en antologías na-cionales e internacionales.

Distinciones ya han marcado su trayectoria: en 1979 Mamaisaura la llevó a ganar el Premio Internacional de Cuentos jauja de Valladolid. En Ecuador ha merecido el Premio Nacional de Cuentos Diario El Tiempo.

No obstante, un estallido literario la sorprendió en el 2006. Mujeres divinas parece haber sido el golpe de suerte en su carrera. Un libro sobre mujeres —pero mucho más buscado por hombres lectores, a juicio de la crítica— devino récord de ventas en ese país, tanto que en la actualidad está en proceso la tercera edición del título, según Jaime Rull, presidente ejecutivo de Horitzo Grup, quien la acompaña en su visita a Cuba.

"Son cuentos en los que se respira mucha verdad y los discursos de las mujeres, expuestos con esa inmediatez y fuerza, resultan impresionantes. El trabajo de penetración psicológica, lo poético del lenguaje y la sensualidad de los personajes femeninos son algunos de los logros más interesantes", observó acerca del título el notable narrador chileno Antonio Skármeta.

"No es un libro machista, peor feminista. No propone una guerra de los sexos, tampoco una conciliación, más bien aboga por un punto medio", estimó el poeta, narrador y periodista ecuatoriano Marcelo Báez.

Historias puramente femeninas, el embarazo, la pérdida de la virginidad, la primera menstruación, la lactancia o la menopausia recorren las páginas de Mujeres divinas. Para adentrarse en este mundo, Aminta entrevistó unas 200 mujeres, desde las más cercanas, de su familia y amigas, hasta otras muchas que se le acercaron para hablarle de manera informal al saber que investigaba sobre el tema.

"Mi libro no es feminista —dijo a una pregunta de esta redactora—, es femenino, no aboga por alguna doctrina, simplemente es testimonio, la semilla que saqué de la vida cotidiana".

Ante otra interrogante a propósito de la actual situación de la mujer ecuatoriana enfatizó: El futuro lo veo brillante. Tuvimos, por ejemplo, la primera ministra de Defensa Guadalupe Larriva, socialista, de avanzada, en un sector (el Ejército) que es la parte más emblemática del machismo en mi país, en el que la mujer jamás hubiera podido entrar. Ahora tenemos su reemplazo, otra ministra de Defensa, la filósofa Lorena Escudero.

"A las mujeres nos toca batallar" —reiteró. Mujeres divinas lo atestigua.

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