La oposición al presidente Alí Abdulah Saleh le concedió hoy dos
semanas de plazo para que renuncie, y rechazó participar en las
conversaciones programadas por el Consejo de Cooperación del Golfo
(CCG) en Arabia Saudita, informó Prensa Latina.
Mientras se multiplicaron las protestas callejeras en esta
capital y en las sureñas localidades de Taiz y Adén, activistas de
la coalición opositora de partidos políticos insistieron en que la
dimisión del mandatario tiene que ser inmediata, y no para finales
de año.
Hemos renovado nuestro énfasis en la necesidad de acelerar el
proceso de renuncia (del jefe de Estado) para dentro de dos semanas.
Por lo tanto, no iremos a Riad, subrayó el dirigente Mohamed Al-Mutawakkil
en referencia a la propuesta de diálogo del CCG.
La iniciativa del bloque de seis naciones árabes del Golfo
Pérsico consiste en que Saleh transfiera el poder a su
vicepresidente para formar un gobierno de unidad nacional que
encabezaría la oposición.
Una vez establecido ese gabinete, adoptaría medidas para la
redacción de una nueva Constitución y la convocatoria a elecciones
legislativas y presidenciales.
Aunque el mandatario calificó inicialmente de injerencia la
oferta del CCG, luego la aceptó y dijo confiar en que todos sus
adversarios acudirían a las pláticas de la próxima semana en la
capital saudita, para las cuales ya designó sus representantes.
Saleh había señalado que sólo dejaría el cargo cuando expirara su
mandato constitucional en 2013, pero ante la creciente insistencia
de la calle accedió a apartarse del poder a finales de este año o
inicios de 2012, luego de organizar comicios legislativos.
Las renovadas presiones se produjeron un día después de que un
policía y cuatro militares murieron en Sanaa durante enfrentamientos
entre fuerzas de seguridad y soldados desertores que hace un mes
decidieron apoyar a los manifestantes antigubernamentales.
El general disidente y jefe de la División Militar Norte, Alí
Mohsen, saludó el plan de diálogo del Golfo, pero el martes decenas
de miles de yemenitas protestaron contra el mismo porque ofrece
inmunidad al presidente y su familia, y es vago al pedir su renuncia
inmediata.
Los adversarios responsabilizan a Saleh, quien gobierna desde
1978, de la muerte de más de 100 personas desde el estallido de las
revueltas callejeras, el 27 de enero.
Para la coalición opositora que integran una treintena de
organizaciones de distintas tendencias, básicamente jóvenes, la
propuesta del CCG es un intento de abortar la revolución yemenita.