(22 de abril de 2006)
Maniobras de Estados Unidos
y la OTAN en el Mar Caribe
Viejos métodos y nuevos propósitos
LUIS M. GARCÍA
CUÑARRO, vicepresidente del CEID
En
el 2006, según los registros disponibles, se cumplirán 84 años de
la realización de las primeras maniobras militares de Estados
Unidos en la región del Mar Caribe. Desembarcos de infantes de
marina en la base naval en Guantánamo y en la Isla Culebra, Puerto
Rico, dieron inicio a un período de presencia militar
estadounidense en la región, durante el cual, de manera
sistemática y prepotente, en cientos de ocasiones, se combinaron la
presencia masiva de buques, aviones y tropas con la existencia de
las bases militares instaladas en toda la extensión de la región,
para convertirse en un instrumento de presión política. Los
métodos, casi un siglo después, no son desconocidos.
Las anunciadas maniobras
Asociación de las Américas en el Mar Caribe, que incluyen la
participación de un portaaviones de propulsión nuclear de Estados
Unidos, el George Washington, y varios otros buques de combate,
submarinos y decenas de aviones de combate, reanudan el esquema
tradicional de presencia militar que se mantuvo hasta el año 2003 y
que fue interrumpido, entre otros factores, por el cierre del
polígono de entrenamiento en Vieques y la clausura de la base naval
en Roosevelt Roads, ambas en Puerto Rico.
En estos próximos
operativos se ha anunciado también la participación de buques y
efectivos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) representados por Holanda, Bélgica, Canadá y Francia, que
tomarán parte en las maniobras bajo el nombre convencional de León
del Caribe Conjunto.
La presencia militar de
Estados Unidos en la región y la incorporación de la OTAN a las
maniobras bélicas en el Caribe, forman parte del esquema de
dominación tradicional impuesto por los gobiernos en Washington
hacia la región. Sin embargo, como otras muchas veces, es
conveniente analizar detenidamente las coyunturas en que ahora se
producen.
En primer lugar, la
reciente Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos
identifica a Colombia, Venezuela y a Cuba, desde diferentes visiones
imperiales, como retos muy importantes para su dominio en la
región. Los tres países son caribeños. No puede haber una
coincidencia más oportuna con los ejercicios militares. Ya
conocemos sobradamente de la historia de la "diplomacia de las
cañoneras" o de las operaciones militares para "mostrar la bandera",
como ejemplos claros de la prepotencia imperial y de la idea
errónea de que todos los países se intimidan con esas acciones.
En segundo lugar, no es
ocioso recordar también que nuestro hemisferio, y particularmente
el llamado Gran Caribe, ha sido el polígono preferido para las
intervenciones militares de Estados Unidos. Desde 1823, en que la
región fue proclamada por Estados Unidos como esfera de influencia
hasta el presente, las tropas norteamericanas han realizado 24
intervenciones militares"en caliente", de forma abierta y
desafiante.
La maquinaria política
estadounidense trabaja desde hace varios años por generalizar las
capacidades latinoamericanas para intervenir en situaciones de "crisis"
e incorporar, como expresa su Estrategia de Seguridad Nacional
actual, a la Organización de Estados Americanos (OEA) en la cruzada
para enfrentar conflictos regionales. Los intentos de Donald
Rumsfeld de regionalizar el conflicto de Colombia, fracasaron en la
VI Cumbre de Ministros de Defensa el pasado año, pero obtuvieron el
compromiso de crear unidades de rápida respuesta en Centroamérica.
A consolidar esos propósitos también contribuyen estas maniobras,
muy convenientemente difundidas por la prensa de Estados Unidos.
Aunque los militares
norteamericanos tratan de despojar a las futuras maniobras del
contenido de presión política y militar que sospechosamente
presentan, son esfuerzos vanos. ¿Resulta una coincidencia que los
buques participantes se propongan visitar, entre otros lugares,
Aruba y Curazao, después que las recientes declaraciones del
Ministro de Defensa holandés las calificara como eventuales
objetivos militares para el Gobierno bolivariano de Venezuela? Los
tiempos de la ingenuidad política en América Latina ya pasaron.
La situación creada con
estas maniobras militares puede tener varias lecturas. La primera es
que se trata de demostrar que Estados Unidos, a pesar de estar
librando guerras sangrientas, sin fin y sin posibilidades claras de
victoria en Iraq y Afganistán, "no olvida" a América Latina y el
Caribe y que materialmente puede ejercer su poderío contra nuestros
pueblos.
Una segunda lectura es
que ante los gobiernos "desestabilizadores" que existen en la
región y frente a lo que la administración de W. Bush denomina "populismo
anti-libre mercado", Washington puede tener una respuesta "dura".
Por último, Asociación
de las Américas y León del Caribe Conjunto expresan la voluntad y
la necesidad de Estados Unidos de recurrir a los "aliados" para
hacer cumplir sus propósitos intervencionistas y de dominación
global. En la medida en que los apetitos del imperio se amplían, se
reducen sus capacidades reales.
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