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Terrorismo contra Cuba
hasta la Doctor JOSÉ LUIS MÉNDEZ MÉNDEZ El enfrentamiento de Estados Unidos contra la naciente Revolución cubana se incrementó en el transcurso de 1959 y se consolidó en el siguiente año, con la promulgación, por parte de la administración de turno de sucesivas medidas económicas, diplomáticas y políticas contra los esfuerzos de Cuba por lograr una genuina y definitiva independencia nacional.
En el informe del entonces inspector general de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), Lyman Kirpatrick, se expresa que el proyecto contra Cuba comenzó en 1959, y se adoptó formalmente el 17 de marzo de 1960, cuando el presidente Eisenhower aprobó el documento titulado Un programa de Acción Encubierta Contra el Régimen de Castro, el cual contenía un largo menú de medidas de agresión en sus más diversas variantes. Es decir, cuando explota el vapor La Coubre ya el plan de agresiones estaba diseñado y propuesto para su aprobación, aunque ya venía ejecutándose. La presentación de dicho informe al Presidente estuvo precedida por meses de preparación. En agosto del 59, el jefe del grupo paramilitar de la Agencia asistió a una reunión para discutir la creación de una capacidad paramilitar para ser utilizada en situaciones de crisis en América Latina y en aquella época Cuba era uno de varios objetivos, todos los cuales parecían igualmente inminentes. El 13 de agosto llegó a su fin una larga conspiración fraguada en Miami y República Dominicana para invadir a Cuba por su región central, con la participación de conspiradores, entre estos, los entonces comandantes del ll Frente Nacional del Escambray, William Alexander Morgan y Eloy Gutiérrez Menoyo, quienes según ellos aparentaban conspirar a favor de los complotados. Mientras esta invasión se urdía como una opción de agresión, el plan más abarcador y completo para una guerra encubierta limitada contra Cuba se estructuraba en Washington. En septiembre del propio año, un funcionario de la División del Hemisferio Occidental (WH) asumió la planificación de posibles acciones de la CIA en distintos puntos de América Latina. Se hizo énfasis en Cuba, donde según ellos el control comunista se estaba haciendo cada vez más evidente. Esto produjo un estudio operativo de tres tomos. En diciembre de este año, el plan había madurado y se proponía entrenar a un pequeño grupo de exiliados cubanos como instructores militares. El 18 de enero de 1960, la División del Hemisferio Occidental organizó la rama 4 (WH-4) como un equipo para dirigir la operación cubana, la misma contaba inicialmente con cuarenta personas. A fines de febrero y principios de marzo se elevó la propuesta al Presidente para la toma de la decisión política, lo cual ocurrió el 17 de marzo. Entre enero y febrero de 1960, el Director de la Agencia Central de Inteligencia informó sobre Cuba al Grupo Especial de Planificación de la CIA y el 14 de marzo se dedicó toda la reunión a la discusión del programa de la Agencia. En este análisis, realizado diez días después de la explosión de La Coubre, tuvo que haberse valorado el impacto del hecho en la capacidad de defensa de Cuba al perder el cargamento de municiones y explosivos para sus fuerzas armadas, pero de esto no aparece mención alguna en los documentos desclasificados. El proyecto de derrocar a Castro se había convertido en una importante actividad de la Agencia con la más alta aprobación política. En su libro Los Años en la Casa Blanca: Haciendo la Paz, 1959-1961, el Presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower, caracterizó muy bien sus sentimientos contra la Revolución: "La amenaza de comunismo en la América Latina, aunque ninguno de nosotros lo sabía en aquellos momentos, iba a manifestarse abiertamente por primera vez, no en el continente latinoamericano, sino en la Isla de Cuba". Inmediatamente la administración de turno se dispuso a enmendar su falta de previsión y comprendieron que los cambios en Cuba serían radicales y para siempre. La promulgación de las primeras medidas revolucionarias como la Ley de Reforma Agraria, dictada el 17 de mayo de 1959, reafirmó que se trataba de una Revolución legítima, genuina, profunda e irreversible, fue un mensaje claro al imperialismo de que Cuba sería una espina clavada en su garganta y por lo tanto había que derrocarla. Los Estados Unidos dirigieron sus acciones para evitar que el Ejército Rebelde, garante político junto al pueblo de la Revolución, se armara y en este sentido presionó a todos los países para que no vendieran armas a Cuba, junto con otras medidas para organizar a la contrarrevolución con el empleo de batistianos desplazados del poder, afectados por las leyes revolucionarias y con el apoyo del clero falangista. En octubre de 1959 se estructura oficialmente la organización contrarrevolucionaria Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), estos engendros se multiplicarían antes de terminar el año, al aparecer los denominados Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE); Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP) y Movimiento Demócrata Cristiano (MDC). Por otra parte, la agresión imperialista se diversificó e incrementó de inmediato. Pocos meses después, el 17 de mayo de 1960, al cumplirse el primer año de la Reforma Agraria, la emisora subversiva Radio Swan comenzó a transmitir para impulsar la guerra ideológica por medio de la contaminación del éter con mentiras sobre el proceso revolucionario. De manera que al comenzar en el año 60 todas las formas de agresión concebidas por la administración norteamericana estaban en marcha y pleno desarrollo para destruir a una revolución a noventa millas de sus costas, que no había declarado todavía su carácter socialista, pero el simple hecho de oponerse a ser doblegada la había convertido en un objetivo de prioridad para la CIA, como esa Agencia reconoció, y para otras agencias de espionaje y subversión. En los catorce meses transcurridos desde el triunfo de la Revolución se incrementaron las agresiones de Estados Unidos. En el orden económico, con la eliminación de los créditos, la suspensión paulatina de la cuota azucarera, las presiones a países de Europa para suspender los créditos a Cuba; mientras los ataques de aviones procedentes de Estados Unidos contra cañaverales y centrales azucareros se generalizaron en todo el país, afectando la economía. El 8 de enero se conoció que un grupo de asesores del entonces gobierno de turno aconsejó la reducción en el precio que ese país pagaba por el azúcar cubano, lo que representaría privar de un golpe ciento cincuenta millones de dólares a la economía cubana. Recomendaron también que todo litigio entre Cuba y Estados Unidos fuese ventilado en el marco regional de la OEA, sugerencia que evitaría una genuina mediación internacional de la ONU y la circunscribiría a ese órgano regional, lo que facilitaría el bloqueo y aislamiento de Cuba. El 18 de marzo de 1960 se derribó una avioneta en Matanzas que bombardeaba objetivos económicos y donde pereció el piloto mercenario que la tripulaba. El miércoles 2 de marzo de 1960 el periódico Revolución en su primera página denunció la agresión económica contra Cuba que preparaba entonces Estados Unidos, a la cual calificó como segunda Enmienda Platt. Al día siguiente el mismo diario publicó en español e inglés el texto íntegro del proyecto de ley del Congreso de Estados Unidos que legalizaba el primer paquete de medidas económicas contra Cuba. El resultado inmediato del programa de terror contra Cuba aprobado el 17 de marzo de 1960 hasta el inicio de la Operación Mangosta en noviembre de 1961 incluyó 23 acciones terroristas contra intereses cubanos en el exterior. Las más recurrentes fueron bombas contra embajadas cubanas y consulados, agresiones contra funcionarios y asaltos a las instalaciones diplomáticas. La realización de 129 acciones paramilitares contra costas cubanas, incluyeron: ataques aéreos contra colonias de caña, centrales azucareros, riego de propaganda incitando al terrorismo, ataques contra ciudades para generar terror, fomento del bandidismo, lanzamientos aéreos para abastecimiento de armas, explosivos, municiones y pertrechos militares, infiltración de agentes por la vía marítima para crear redes de espionaje, entrenar a grupos para acciones terroristas y establecer comunicaciones. La derrota de Playa Girón, asestó un rudo golpe a la política agresiva de Estados Unidos contra Cuba, se demostró la fortaleza del proceso revolucionario, su unidad indisoluble con el pueblo y su capacidad para defenderse. No hubo momento de tregua, pues persistieron las agresiones. El proyecto revanchista concebido en la Operación Mangosta, aumentó la cantidad y variedad de los actos de terror que se ejecutarían durante 1962 y que seguirían más allá de la llamada cancelación oficial de la Operación en enero de 1963, pues solo adoptaría nuevos nombres con los mismos actores y causaría nuevos fracasos en su objetivo de destruir a la Revolución. |
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