Nacionales
Internacionales
Culturales
Deportivas
24/10/2002
Portada de hoy

Irlanda del Norte

La inalcanzable paz

ARSENIO RODRÍGUEZ

El silencio de las armas fue siempre el indicativo para reconocer los avances o no del todavía controvertido proceso para lograr la tranquilidad social en Irlanda del Norte, pero ahora, cuatro años después de la firma de los acuerdos que supuestamente sentaban las bases para una paz duradera, la desconfianza entre los dos principales partidos logra que tal objetivo se vuelva inalcanzable.

Realmente no fueron las acciones bélicas de los diferentes grupos que persisten en mantener sus arsenales bélicos lo que desató la crisis. Es cierto que las acciones armadas provocan nuevas víctimas, aunque en menor escala, pero ahora el argumento que utilizaron los unionistas para agudizar la situación fue el supuesto espionaje político de los republicanos.

La presión ejercida por el ministro David Trimble, líder del Partido Unionista, quien amenazó con renunciar al poder compartido si no se expulsaba del gobierno local al partido republicano Sinn Fein, dada su vinculación con la organización armada IRA, constituyó el detonante necesario para que la crisis llegara a un callejón sin salida.

El 14 de octubre la decisión fue tomada, y la semiautonomía de las instituciones del Ulster pasaron, por cuarta vez, bajo el control de Londres, lo que dio a conocer en la capital británica el ministro para Irlanda del Norte, John Reid.

En realidad, la falta de confianza entre las dos partes sigue siendo el elemento determinante que imposibilita superar, por la vía de la negociación, las dificultades que han estancado el proceso político que intenta pacificar a este territorio.

Los primeros ministros del Reino Unido y de Irlanda, Anthony Blair y Bertie Ahernn, respectivamente, se apresuraron en dar a conocer en un comunicado que se sentían "sumamente entristecidos" por la medida, pero aseguraron que con ella se impediría el colapso total de la coalición.

No obstante que Londres dejara claro que la vigencia de suspender la autoridad del gobierno norirlandés tendría una duración definitiva, "es nuestro sincero deseo que las instituciones de Irlanda del Norte sean restablecidas a la mayor brevedad posible", agregaron los políticos mencionados, quienes han estado estrechamente vinculados al complejo proceso político norirlandés.

Sin embargo, para los analistas que se ocupan de la problemática política en este territorio controlado por Gran Bretaña, la actual crisis será más difícil de resolver debido a la creciente renuencia de los protestantes a compartir el poder con los republicanos del partido Sinn Fein.

Esta no es la primera crisis que vive el proceso pacificador, aunque al parecer su salida, como dijera un colega, no se puede ver ni siquiera con mucha imaginación.

Y es que los unionistas de Trimble ponen como condición para seguir trabajando junto al Sinn Fein, la autodisolución del IRA. "Si es así, también pueden esperar la llegada de Papá Noel", afirmó irónico el líder del Partido Republicano, Gerry Adams.

Los críticos del Premier británico, al reflexionar sobre los hechos, aseguran que Blair miró en los últimos meses hacia Irlanda del Norte con "el catalejo de Nelson", recordando cuando el almirante inglés, en la batalla marítima de Copenhague, colocó el catalejo ante su ojo ciego para ignorar la orden de retirada de su comandante superior. Es decir, para ellos, Blair no vio lo que no quiso ver.

Esta no es la primera vez que Trimble pone en crisis al proceso político. Solo unos meses después de diciembre de 1999, cuando asumió el ahora disuelto gobierno, Trimble se retira por primera vez como protesta porque el IRA no se desarmaba. Posición que asumirá nuevamente en el 2002 y que aún mantiene,

En realidad, lo que pretenden los unionistas es mantener los vínculos con Gran Bretaña, pero sin la presencia de los republicanos, algo que no parece disgustar al gobierno británico.

Unos días después de la decisión de suspender la semiautonomía de la provincia, Anthony Blair viajó a Irlanda del Norte donde pronunció un tajante discurso en el que se suma al pedido de que el IRA abandone las armas y se comprometa con la paz, cuando según las encuestas, el famoso acuerdo de paz se encuentra en el momento de menor apoyo por parte de los norirlandeses.

Evidentemente, estamos solo en los inicios de una crisis que no parece tener una fácil solución, mucho más cuando las partes en el conflicto se culpan mutuamente. Se abre un espacio que pudiera verse complicado con nuevas acciones armadas, no solo por parte del IRA, sino de los varios grupos que se mantienen activos en Irlanda del Norte, lo que hará cada vez más inalcanzable la tan necesaria paz.

24/10/2002

Subirtop.gif (129 bytes)

Portada de hoy