División Mambisa de Las Tunas

Siete años contra la adversidad

Texto y foto: Pastor Batista Valdés

LAS TUNAS.— Si un adversario fuerte y persistente ha encontrado durante los últimos años la sequía en este territorio, es la fuerza humana integrada en la División Mambisa Mayor General Vicente García González.

En medio de inclemencias
económicas y climatológicas
esta fuerza ha garantizado
altos niveles de producción
para el consumo, valiéndose
de la tracción animal.

A siete años de haber surgido en respuesta al llamado del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, para incrementar los niveles de producción de alimentos, nadie pone en duda aquí el decisivo aporte que la División ha hecho, incluso más allá de su misión productiva.

Firmes siempre frente a las adversidades naturales, materiales y financieras sufridas por el sistema de la Agricultura, los cerca de 3 000 hombres y mujeres que integran la fuerza mambisa le han extraído a la tierra más de cuatro millones y medio de quintales de viandas, hortalizas y granos que de otro modo no habrían llegado a los hogares, pues el grueso de esas producciones se trae de áreas que permanecían ociosas o cubiertas de marabú.

Pero no solo de ello se habla por estos días a las puertas del séptimo aniversario de la División, el cual se festejará el 28 de octubre. En un principio, sus más de 3 000 miembros eran hombres y mujeres a quienes hubo que movilizar de diferentes sectores y ante el déficit de fuerza de trabajo en el campo. En estos momentos no cuentan ni un solo albergado, gracias a la estrategia que, según Roger Enrique Mastrapa, jefe de la fuerza, ha consistido en "sembrar al hombre junto al cultivo".

De hecho en estos años, a contrapelo de las limitaciones, han sido construidas unas 400 viviendas, en busca de estabilizar una fuerza de trabajo agrícola cada vez más experimentada, dislocada en los ocho municipios tuneros y vinculada a los resultados finales de la producción.

Si otro mérito se le puede atribuir a esta División es el de haber demostrado no solo las insospechadas posibilidades de empleo de la agricultura cubana, sino también el modo en que a ella pueden integrarse los jóvenes, quienes constituyen el 80% de la referida fuerza mambisa.

Con una emulación que aparece como "la mejor organizada y más entusiasta del territorio" para las 36 estructuras que conforman la División no hay tiempo malo. Consumen niveles mínimos de combustible pues con sus más de 500 yuntas de bueyes cultivan, limpian, trasladan la producción... Ante la escasez de insumos producen rústicamente sus propios implementos. Si llueve poco introducen variedades más resistentes.

"Aún así, todavía tenemos que lograr una mayor diversificación de nuestras producciones", explica Roger Enrique Mastrapa, máximo inspirador no solo del rescate de cultivos de ciclo corto, sino también de fórmulas de participación popular que le han permitido a la División Mambisa introducir en sus áreas alrededor de 80 variedades de frutas exóticas, o en peligro de extinción, entre las 136 que se registran en el país.

Y no es todo. Como de producir alimentos se trata, en los últimos tiempos han emprendido "una carga al machete" por la proteína animal, propósito que empiezan a materializar en casi un centenar de convenios para la crianza de carneras y cabras, además de otros para fomentar la cunicultura y los patios de aves de corral