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23/10/2002
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Vicepresidente Rangel asegura que Venezuela
está en calma

CARACAS, 22 de octubre.— El vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, anunció hoy que los militares que llamaron a la desobediencia civil esta tarde en Caracas "serán sometidos a proceso" cuando cesen en su rebeldía, y advirtió que están cometiendo "una payasada", reportó ANSA.

"La situación en el país está en total calma, aquí no está pasando absolutamente nada", y el presidente Hugo Chávez está en el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno, despachando normalmente, aseguró Rangel en declaraciones a la cadena de TV estadounidense CNN en Español.

El Vicepresidente venezolano anunció que "en las próximas horas, con toda calma y recurriendo al Ministerio Público", las autoridades adoptarán las medidas que correponda.

Un grupo de oficiales sin mando de la Fuerza Armada venezolana volvió a intentar, con ayuda de los medios de difusión masiva privados, crear confusión en el país al declararse "en rebeldía" y llamar a los uniformados a unirse a ellos en la plaza de Altamira y a la población "a la desobediencia civil".

ANSA señaló que en una declaración montada para las estaciones de televisión enemigas del proceso bolivariano, el general Enrique Medina, participante en el golpe de abril pasado, encabezó el espectáculo que observadores indican se debe al fracaso sufrido por el paro convocado ayer por los elementos golpistas.

Precisamente, poco antes el general Luis Felipe Acosta, jefe del comando regional número dos de la Guardia Nacional venezolana, acusó de falta de ética a los generales golpistas del 11 de abril.

Nadie los oye ni los lee, pues todo forma parte del antagonismo que quieren crear, pero no van a lograr su objetivo de poner a la Fuerza Armada Nacional contra la Constitución, pues estamos muy seguros de respaldar la legalidad, agregó.

Por otra parte, una jueza dictó hoy orden de privación de libertad a dos hombres sospechosos de participar en un complot para asesinar al presidente Hugo Chávez.

Eduardo Campuzano y Argimiro Fernández fueron arrestados por agentes de la Dirección de Seguridad y Prevención (DISIP) en el interior de la camioneta en la cual se ocuparon armas largas y cortas, balas explosivas y una foto mural de Chávez con marcas en los lugares de su cuerpo vulnerables a disparos hechos a distancia en caso de que usara un chaleco antibalas.

Igualmente, Fernández portaba una credencial de la policía del municipio de Chacao, dirigido por el opositor alcalde Leopoldo López, así como teléfonos celulares con las frecuencias de ese cuerpo.

El arresto fue hecho mientras, en el mismo lugar, hablaba a la multitud allí concentrada el vicepresidente José Vicente Rangel y se esperaba, supuestamente, la llegada del Jefe de Estado.

El director de la DISIP, Miguel Rodríguez Torres, informó a la prensa que, durante los interrogatorios, Fernández aseguró que las armas y credenciales le habían sido entregadas por el jefe de la policía de Chacao, Leonardo Díaz Paruta.

Por su parte, el otro detenido admitió que un dirigente de la oposición al Gobierno le había encargado labores de seguimiento y espionaje a dirigentes gubernamentales.

23/10/2002

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