![]() |
|
Reencuentro en la Plaza FÉLIX LÓPEZ Diez días después de su último nacimiento, allá en La Higuera, el Che Guevara recibió en la Plaza de la Revolución el homenaje de un pueblo que aprendió a despedirlo a su usanza: "¡Hasta la victoria siempre!". Ese 18 de octubre, invadido de recuerdos y conmovido por su caída, el Comandante en Jefe Fidel Castro advirtió al mundo sobre el patrimonio que acababa de legarnos el inmortal guerrillero.
Hoy se cumplen 35 años de aquella velada solemne en que el pueblo cubano expresó su gratitud por quien fue uno de los más familiares, admirados, queridos y, sin duda alguna, el más extraordinario de nuestros compañeros de lucha. Y junto con él, nos despedíamos también de los héroes que integrando su ejército internacionalista, escribieron una página gloriosa e imborrable de la historia. Nunca antes la Plaza estuvo tan callada y compacta. Fidel recorría en su discurso las imágenes de aquella dura travesía por el Caribe, en la que el Che resistió un fuerte ataque de asma, "sin un solo alivio, pero también sin una sola queja"... su disposición a realizar siempre la misión más peligrosa, y su formación como insuperable soldado, que lo llevó a ser un insuperable jefe: maestro y artista de la lucha guerrillera. Todas esas virtudes —forjadas en duros años de lucha, trabajo y ejemplo— impidieron que el imperialismo derrotara sus ideas, tácticas, concepciones guerrilleras y tesis. "Porque aquel hombre que cayó como hombre mortal, que se exponía muchas veces a las balas, como militar, como jefe, es mil veces más capaz que aquellos que con un golpe de suerte lo mataron", sentenció Fidel. No era una despedida. No puede calificarse así el instante en que un pueblo expresa, con corazón de vehemente revolucionario, el deseo eterno de que sus hijos sean como el Che. Paradójicamente, sus verdugos asistían al nacimiento del más valioso, moderno y trascendente héroe de nuestra época. Un Héroe que desde entonces tiene el don de estar en todas partes: sobre los pechos de millones de jóvenes rebeldes, en el espíritu de los médicos internacionalistas que desandan las selvas centroamericanas y del África, o sobre lo alto de la misma Plaza, donde hace 35 años el Che Guevara se reencontró con Cuba. |
|