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18/10/2002
Portada de hoy

Fiebre aftosa

De nuevo una amenaza

MARIELA PÉREZ VALENZUELA

Aunque habrá que esperar como mínimo una semana para conocer las conclusiones de una comisión técnica encargada de investigar en Paraguay la existencia de un supuesto brote de fiebre aftosa, las restricciones para la importación y el tráfico internacional establecidas en algunos países comienzan a dar las primeras pérdidas en el comercio.

Brasil denunció la semana última la existencia de la enfermedad en la localidad de Corpus Christi, provincia de Canindeyt, fronteriza con Argentina, y de inmediato prohibió la compra de ganado y carne a ese país.

Este país cerró durante una semana su frontera con territorio paraguayo tras declarar el estado de alerta en cinco provincias limítrofes con Paraguay, con lo cual afectó la llegada de la carne a su vecino Chile.

Raro es el año en que no se reportan brotes de esta enfermedad animal en alguna región del planeta.

La literatura científica apunta su surgimiento hace más de 
2 000 años; sin embargo, las primeras descripciones datan de 1514, cuando dañó a bovinos en Italia y de manera muy rápida se propagó por Francia. Se dice que no fue hasta bien entrado el siglo XIX que apareció en el continente americano, identificada al mismo tiempo en Estados Unidos, Argentina, Chile, Uruguay y Brasil.

Según el dirigente de la Cámara de Exportaciones de Carne, Arsenio Vasconcellos, citado por el diario Noticias, el bloqueo argentino causó pérdidas estimadas en alrededor de dos millones de dólares en solo la última semana.

El cierre de la frontera por el presidente argentino, Eduardo Duhalde, motivó fuertes críticas del gobierno paraguayo, al punto de que el canciller, José Antonio Moreno Rufinelli, anunció en Asunción que su país retiraría a su embajador en Buenos Aires, Raúl Nogués, como protesta por la medida, lo cual no llegó a producirse.

Finalmente, esta semana Buenos Aires abrió la frontera para el transporte de productos cárnicos a Chile, pero dejó muy claro que los camiones paraguayos usados con ese fin serán inspeccionados y fumigados por las autoridades argentinas, y mantuvo la prohibición vigente para el ingreso de carne destinada al mercado nacional.

A la vez que Argentina abría las fronteras, Chile decretó la alerta sanitaria y suspendió el comercio con tres establecimientos ganaderos de Paraguay, país donde expertos del Centro Panamericano de Lucha contra la Fiebre Aftosa (Panaftosa) investigan la posible presencia del mal.

Esta semana las autoridades paraguayas comunicaron a la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) la existencia en su territorio de una enfermedad vesicular porcina, que puede perfectamente confundirse por sus síntomas con la fiebre aftosa.

Esta es una enfermedad contagiosa que afecta a los animales de pezuña hendida como bovinos, ovejas, cerdos y a todos los de vida salvaje (ciervos, jabalíes, venados) y es considerada entre las más graves por la Organización Mundial de la Salud Animal debido a los daños económicos que implica y su rápida propagación.

En los animales presenta múltiples síntomas que van desde la anorexia, cojera y salivación excesiva, hasta la formación de vesículas o aftas en la boca, encías y en la lengua, que dificultan su alimentación.

La amenaza es mayor debido a la forma de transmisión del virus, por contacto directo o indirecto, este último cuando se elimina por la orina, la saliva, el semen, moco intestinal y nasal.

A diferencia de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o mal de las vacas locas, los especialistas aseguran que el virus causante de la fiebre aftosa no afecta al hombre, aunque puede subsistir por un período de tiempo largo en los productos de origen animal, como las carnes congeladas o la leche, si no se somete a procesos que lo inactiven.

Aseguran los entendidos que es una enfermedad que se puede prevenir, controlar y hasta erradicar y consideran la incineración del animal enfermo como la decisión más aceptada cuando se conoce de la existencia de focos que hacen peligrar la vida de la masa ganadera sana.

A nivel internacional, las naciones se clasifican en tres categorías, de acuerdo con el nivel de incidencia que tengan o no de fiebre aftosa: el país perjudicado es aquel con brotes de la enfermedad, está el libre con vacunación, y un tercero, el libre sin vacunación, que es el más confiable para el comercio.

Chile y Paraguay mantienen el status de país libre de fiebre aftosa desde 1981 y 1994, respectivamente.

18/10/2002

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