Tras las huellas del huracán

Luna llena en Carahatas

José Antonio Fulgueiras

CARAHATAS, Quemado de Güines.— "La luna alumbrará hoy aquí a partir de las 6 de la tarde", dijo un pescador de rostro jubiloso y manos curtidas por el salitre, mientras señalaba para las bombillas y lámparas de luz fría que presiden los umbrales de las 58 casas, las cuales serán entregadas a sus propietarios en una actividad festiva y trascendental donde se reunirán todos los habitantes de este poblado norteño devastado por el huracán Michelle.

Las nuevas viviendas han sido levantadas en terreno alto y a prudencial distancia de la costa para evitar daños mayores por penetraciones del mar.

Para mantener el flujo de agua potable se construyó una acometida de cinco kilómetros que parte desde el poblado de Lutgardita, donde fue evacuado un alto por ciento de los moradores de este pueblo ante las fuertes ráfagas de viento que provocaron averías parciales o totales en la mayoría de las viviendas, a la vez que el mar embravecido se unió con las aguas del río Majá e inundó todo este asiento de pescadores y obreros agrícolas.

Aquel paisaje de tristeza y desolación se ha transformado por completo tanto en la estructura de las edificaciones como en el semblante de esta gente humilde que no cesa de darles gracias a la Revolución y a Fidel por sus nuevos hogares.

Luego de materializar este sueño la provincia se convertirá en la primera de las tres más afectadas por el paso del huracán (las otras dos son Matanzas y Cienfuegos), en concluir el programa de recuperación que abarcó el arreglo de más de 38 000 inmuebles, de ellos 1 506 edificados totalmente.