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13/09/2002
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La cuenta es de todos

SARA MÁS

En las visitas y recorridos que durante estos días realiza como enumeradora del Censo, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo, Ismara Campos Gil ha tenido que añadir casos que no tenía previstos. "No son muchos; se trata de viviendas que no estaban contempladas en mi guía y las voy incluyendo por el camino", explica la estudiante de 17 años encargada como enumeradora del distrito No. 167, en el área 12 del Consejo Popular Callejas.

Así de precisa y detenida debe ser la etapa actual del levantamiento censal. Con un período limitado para su realización fijado hasta el lunes próximo y organizado sobre la base de un registro previo, el acopio de datos debe irse conformando paso a paso, para que no quede nadie fuera de la estadística final. No hay otro modo de saber, por ejemplo, cuál es el número total de nuestra población, su distribución por sexos o grupos de edades.

Foto: RICARDO LÓPEZ HEVIALa supervisión, aclaración de dudas 
y precisiones se hacen muchas veces 
en el "terreno". En primer plano Dainet,
junto a Ismara y una de las enumeradoras
de la reserva.

Sobre esos y otros datos se han tenido registros y estimados confiables en los últimos 21 años, pero en todo ese tiempo se ha carecido de una confirmación o precisión estadística como la que solo puede brindar un estudio detallado y de la magnitud de un Censo de población.

Con su guía a la mano y luego de repasar los puntos del cuestionario, Ismara llega a las viviendas, entrevista a sus moradores y vuelve cada día sobre sus pasos. Así consigue tener un dominio general de los lugares que aún debe visitar para seguir avanzando.

Como ella hay miles de enumeradores repartidos por todo el país. Y también supervisores, oficinistas y personal contratado, encargados de la captación de los números y otras funciones, incluidas las de insistir en detalles de preguntas, aclarar dudas de la población y contribuir definitivamente a que nos contemos todos, uno a uno. Todas esas personas —unas 100 000 en toda Cuba vinculadas a diferentes etapas del estudio—, son de alguna manera facilitadores de esa estrategia que busca datos generales y precisos de la sociedad, con el único propósito de ayudar a la planificación del país.

Para Dainet Sardiñas López, las funciones son precisas. Como supervisora, ella recorre su distrito, revisa encuestas, aclara confusiones de enumeradores y de la población, en un intercambio permanente, a veces en plena calle. Como parte de ese ritual, todos los días se reúne en la tarde con las cuatro enumeradoras bajo su verificación. "Están trabajando bien", considera. "Al principio aparecían más errores y detalles que fueron necesarios rectificar en algunas encuestas, pero también en la medida que se avanza en la práctica, se va ganando en experiencia".

"Nuestra organización y preparación son fundamentales, pero de poco valdrían sin el respaldo y la colaboración de la comunidad y sus residentes", reitera Mercedes Costa Rodríguez, quien dirige el Censo en Arroyo Naranjo.

De manera que una parte del asunto se complementa con la otra: de un lado el enumerador, y frente a él la persona encargada por la familia o los residentes en la vivienda para brindar la información. Y además, aquellos que puedan contribuir al conocimiento de las casas cerradas, las ocupadas solo por temporadas, las personas que por algún motivo no se encuentran o se ausentan en determinados días u horarios, para que no queden sin censar.

Retrato hablado del Escambray

Juan Antonio Borrego

FOMENTO, Sancti Spíritus.— Yanet Cabrera nunca había subido al lomo de un mulo, pero la tentación de empinarse desde Gavilanes hasta IV Congreso, en el corazón mismo del Escambray, fue mayor que los temores que pudiera albergar ante la mala fama que le atribuyen al cuadrúpedo en la comarca.

El animal, tal y como suele hacerlo, la miró con el rabo del ojo y resopló receloso procurando intimidar a la joven, que con la parsimonia de una domadora de muchos años se caló la gorra hasta las orejas y se ajustó la mochila para no perderlas en uno de los posibles brincos, subió ayudada a la cabalgadura y echó a andar con el resto de la comitiva.

Llevaba el corazón en la boca, confesó tras su regreso a El Pedrero, luego de haber censado unas diez casas de familia en la comunidad de IV Congreso, una de las más intrincadas de la geografía espirituana.

El episodio, si bien resulta pintoresco, no es el único que llama la atención en la zona, ahora que un ejército de jóvenes ha invadido hasta el último rincón del lomerío para acopiar toda la información requerida en el Censo de Población y Viviendas, estratégica investigación sociodemográfica, emprendida en nuestro país desde el pasado sábado.

Con Yanet subieron a IV Congreso, Bárbara, la metodóloga del área, y El Mocho, chofer habitual de la ruta de Gavilanes, que no quisieron perderse el suceso, pero por toda la región otros enumeradores y supervisores también hicieron lo suyo.

La tropa que dirige Melquiades en El Pedrero, una de las áreas censales de este municipio, la componen fundamentalmente estudiantes del politécnico Irael Rives, de la Escuela de Economía de la cabecera municipal y universitarios radicados en la cordillera, que este año apostaron por un inicio de curso diferente y ahora andan y desandan la serranía resbalando bajo los copiosos aguaceros de estos días por Sopimpa, La Guanábana, Jíquima de Alfonso, Cacahual, Las Coabas, Topes de Collantes, La Felicidad y por todo el Escambray.

13/09/2002

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