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![]() Acampada antes de subir al Turquino Pedro Mora BARTOLOMÉ MASÓ.— Separada geográficamente a más de 800 kilómetros de La Habana, la villa Santo Domingo, en las cercanías de La Plata, en la Sierra Maestra, es un objetivo del turismo cubano de naturaleza.
El privilegio de estar ubicada en el principal grupo montañoso del archipiélago proporciona a turistas foráneos y nacionales, la vía para entrar en contacto con nuestras bellezas naturales y la historia. Sus 20 cabañas están bañadas por el río Yara, en medio del imponente lomerío oriental, y ponen a disposición del visitante numerosos senderos ecológicos, entre los cuales se destaca el que conduce a la Comandancia del Ejército Rebelde en La Plata y el camino del Pico Turquino, la cima más alta del archipiélago cubano. El primero de estos objetivos, una histórica instalación rodeada de naturaleza maravillosa, muestra a los interesados objetos, documentos, fotos, testimonios y construcciones utilizadas por las fuerzas revolucionarias comandadas por Fidel durante la lucha contra la tiranía de Batista. Allí el turista tiene ocasión de conocer el escenario de decisivos combates y las pésimas condiciones en que vivía el campesinado serrano en aquellos tiempos del capitalismo en Cuba. El reconocimiento a la profesionalidad del personal turístico del centro incluye además de los comentarios escritos dejados por los extranjeros, el Premio Nacional a la Calidad que le otorgó la cadena Islazul. Los resultados económicos en el área internacional y nacional suman éxitos al superar los pronósticos hasta la fecha y justifican el crecimiento habitacional previsto para iniciarse próximamente. Uno de los principales logros de villa Santo Domingo, ha sido la preservación de los recursos naturales: no ha realizado vertimiento de desechos al río, no ha dejado huellas de la explotación turística en el entorno. Por estas razones la instalación está propuesta para el Premio Nacional del Medio Ambiente. |
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