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Calificativo bien ganado para una escuela Todas las condiciones creadas en la Salvador Allende para el desempeño óptimo del curso. Serán profesores emergentes de Secundaria Básica ALEXIS SCHLACHTER Hasta diciembre no volverán a sus hogares aquellos alumnos provenientes de las provincias lejanas. Los de la capital saldrán quincenalmente, mientras los de la provincia de La Habana tendrán una salida mensual. Así está establecido en el reglamento de la Escuela para la Formación Emergente de Profesores Presidente Salvador Allende. Una regulación que, oportunamente, se les dio a conocer y explicó a familiares y alumnos. Y que todos comprendieron y aceptaron en aras de cumplir la nueva tarea de la Revolución en el campo educacional.
No es fácil alejarse de los padres por primera vez y por tiempo prolongado, como le sucede a Margarita Aguilar González, una jovencita de 18 años de edad que dejó a los familiares allá por el municipio de Río Cauto, de la provincia de Granma, para radicar durante los próximos meses en este plantel posiblemente único a escala mundial. —"Es duro, sí, pero estoy contenta y mi familia entiende el porqué de la necesidad de esta lejanía, pero no de soledad, porque hoy comparto mi vida con este magnífico grupo humano compuesto por profesores y estudiantes dispuestos a dar el máximo. Aprenderé, seré útil a la sociedad y, finalmente, mis familiares se sentirán más orgullosos aún del paso que he dado." Otro tanto plantea Álvaro Domínguez Diacen, quien vive con sus padres en el Reparto Obrero de Guantánamo. —"No importa el sacrificio de hoy, sino cumplir la encomienda de Fidel para transformar y elevar la calidad de la educación cubana", subraya.
Tuvo razón el Comandante en Jefe al calificar de Valientes a los primeros maestros emergentes. Y estos 4 540 seguidores no lo son menos. Su régimen de estudio es intenso pues a partir de las siete de cada amanecer, entre lunes y viernes, las clases se suceden hasta el anochecer, pero, eso sí, con un alto componente de motivación que mantiene interesado al máximo a cada alumno. Tienen todas las condiciones creadas en 150 aulas espaciosas, cómodas, que incluyen diez laboratorios de Computación, seis de Ciencias Naturales, dos talleres de Educación Laboral, un Centro de Documentación; cada aula, tiene un televisor en colores, de 29 pulgadas. Los albergues —96 en total—, son cómodos y disponen de todo lo necesario para el descanso reparador. ¿Distracciones? Por supuesto, las hay: una piscina olímpica sirve para refrescarse, particularmente en nuestro prolongado verano, diez canchas para básquet, y dos de voleibol permiten medir fuerzas entre grupos. El teatro, con capacidad para unos 400 estudiantes, ofrece veladas culturales y allí son exhibidos filmes de variadas temáticas y procedencias. Pero todo no queda dentro de la escuela. Los fines de semana, visitas a museos de la capital, el Parque Lenin, Coppelia, y a los teatros...
Sobre el claustro de profesores, pocas escuelas del Tercer Mundo, para no pecar de absolutos, pueden mostrar orgullosamente una nómina con 44 doctores en Ciencias Pedagógicas, 92 master, 27 profesores titulares y 60 profesores auxiliares. Todos dedicados con amor a la formación de estos jóvenes que, en poco tiempo, asumirán tareas educacionales de envergadura. Claustro de excelencia, lo ha calificado Fidel. Y cuando llegue la hora de las prácticas docentes durante tres meses, estas se harán realidad en las 169 secundarias básicas capitalinas. Ganará la educación cubana con esta inyección de amor y conocimientos basada en una consagración que enaltece a quienes han emprendido el hermoso camino de la entrega a la enseñanza y a los profesores de la Salvador Allende, los cuales ayudan a plasmar en la realidad este nuevo sueño de la Revolución y el Socialismo.
Al final de esta nueva jornada de lucha, la revolución educacional en las secundarias básicas del país será la máxima recompensa. Y en la historia de Cuba quedará plasmada la página de entrega humana que tuvo por escenario a esta Escuela de Valientes. |
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