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07/09/2002
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Elecciones y participación popular

La comisión de El Reparador de Sueños

MARÍA JULIA MAYORAL

Para los niños de la escuela primaria Enrique Villuendas, en el barrio de Los Sitios, José Enrique Hernández es El Reparador de Sueños. Para muchos adultos de la localidad —uno de los primeros asentamientos de La Habana extramuros en la época colonial—, el joven también resulta una persona distinguida, a quien tienen nuevamente al frente de uno de los acontecimientos más importantes para la comunidad, cuya etapa crucial recién comenzó.

Especialista en Finanzas en el Palacio de la Artesanía de La Habana Vieja, José es considerado un buen organizador de sufragios del Poder Popular en la circunscripción 93 de Centro Habana. Desde su inicio como elector a los 16 años de edad —ahora tiene 37—, siempre ha estado en la conducción de las votaciones en su demarcación, contando la primera vez, en que "el Presidente del CDR me llevó a una reunión en los bajos de la casa de Leonor y allí me propusieron ser el secretario de un colegio electoral".

Foto: ALDO MEDEROSLa escuela primaria Enrique Villuendas 
será sede de tres colegios electorales 

Leonor Joglar tiene ahora 76 años, "sin la salud de antes, cuando en el barrio empezamos a construir los CDR y las organizaciones de base de la Federación de Mujeres Cubanas, o cuando hicimos las primeras elecciones del Poder Popular en 1976. Ni este corazón mío ni el cuerpo me acompañan, pero tengo la experiencia del trabajo hombre a hombre, mujer a mujer, casa por casa, y el entusiasmo de una adolescente".

A esta mujer, también a cargo de un CDR y del bloque de la FMC, la comisión electoral en la circunscripción 93 le debe mucho de su cohesión e ímpetu. Aunque José, el presidente, Juan Manuel Hernández, Milagros Sánchez y Liliana Rodríguez, los otros integrantes del equipo, llevan el peso de las tareas en la calle, a la hora de visitar cada cuadra para actualizar el registro de electores, contactar con los dirigentes de las organizaciones de masas y preparar a los integrantes de las mesas electorales, Leonor ayuda en todo. "Si no lo hiciera sería para mí una gran tristeza, porque participar en las tareas de la Revolución me da vida".

Según Liliana, una maestra jubilada y también veterana colaboradora en los comicios, "desde que iniciamos el trabajo en la comisión, no hemos tenido tropiezos, pues en Los Sitios todo el mundo se conoce. Con la ayuda de la misma gente nos dimos cuenta enseguida de algunos errores en el registro de electores, y aunque todavía no se ha convocado oficialmente a las asambleas con el propósito de nominar a los candidatos a delegado por la circunscripción, ya muchos conocen la fecha y el lugar, porque para tomar las decisiones contamos con los mismos vecinos al frente de las organizaciones de masas".

Por la costumbre de trabajar unidos es que personas como Ana María Zayas, secretaria del núcleo zonal del Partido, y Doraida Otaño, coordinadora de los CDR en la zona, pueden también explicar detalles sobre la marcha de los próximos sufragios. Para Ana María, en este caso el papel de la estructura partidista en el barrio es velar por que se cumpla al pie de la letra lo establecido en la Ley Electoral. "Nos preocupamos, afirma, por la transparencia y legalidad de cada paso, insistimos en que nadie con derecho puede quedar fuera del registro de electores y estamos al tanto para impedir cualquier tipo de campaña a favor de alguno de los próximos candidatos; aunque como buenos conocedores del barrio, no pensamos que aquí puedan producirse esas violaciones, porque el principal guardián de la ética electoral es el propio pueblo".

En esta demarcación de Centro Habana realizarán dentro de poco tres asambleas para la postulación de candidatos. Una de esas reuniones tendrá lugar en la esquina de Indio y Rayos, frente a la primaria Enrique Villuendas, cuyas instalaciones volverán a ser sede, en octubre, de tres de los cuatro colegios electorales concebidos en la circunscripción.

Las coordinaciones con el centro escolar "están más que hechas", explica la directora Carmen Regla Chacón. De no ser por esta educadora con 31 años de experiencia, no hubiéramos conocido una parte importante de esta historia: por qué José es también El Reparador de Sueños. "Él cursó la primaria aquí y ahora lo hacen sus hijos. Es un joven muy entusiasta. Durante seis cursos, mientras estudiaba Contabilidad y Finanzas, fue maestro voluntario de esta escuela para suplir la falta de docentes que teníamos entonces. Esa colaboración no ha cesado, él es el alma de las acampadas y caminatas, del movimiento de exploradores con los niños. Por sus resultados como guía base, los pioneros le otorgaron esa distinción llamada El Reparador de Sueños. No sé de dónde saca tiempo para realizar tantas cosas a la vez; en su trabajo es secretario de un núcleo del Partido y durante estas vacaciones fue de esos incansables constructores voluntarios empeñados en reparar y acondicionar nuestro plantel".

No son José, Leonor, Liliana... casos únicos. Para las próximas elecciones, hay incontables personas trabajando sin recibir a cambio ninguna remuneración material ni esperar siquiera el reconocimiento público de sus conciudadanos. No en balde hablan a medias de sus esfuerzos cotidianos, porque no hay cubano de ley, desconocedor de la lección martiana de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.

07/09/2002

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