Nacionales
Internacionales
Culturales
Deportivas
04/09/2002
Portada de hoy

Nueva visión de Céspedes

Resuélvanse los ricos a sacrificar sus fortunas, los acomodados 
a renunciar al bienestar, los negros a conquistar su libertad 
natural, todos a exponer sus vidas, si preciso es, como culto 
debido a la Patria.

Carlos Manuel de Céspedes
Agosto de 1871

LUIS SUARDÍAZ

Con el sencillo título de Céspedes, la Editora Política ha lanzado al ruedo un breve libro de Julio Ángel Carreras (Guanajay, 1923), profesor de Historia del Estado y el Derecho de la Universidad de La Habana.

Sobre el Padre de la Patria se han publicado varios libros y opúsculos y numerosos artículos y testimonios y, aunque en nuestro siglo ya no es necesario reivindicar al revolucionario ejemplarmente evocado por José Martí, Carreras expresa en cada línea su admiración por el apasionado fundador, y lo hace a partir de datos, hechos, comprobaciones históricas, además hace uso de un texto de excepción, la libreta que su último secretario, el mambí Carlos Pérez, trabajara a lápiz para enviarla a su amante, lo que nos permite asomarnos a las anécdotas que tienen al Presidente de la República en Armas como protagonista y enlazan con el torrente de la historia que habita los severos libros. El historiador y profesor nos propone un acercamiento íntimo al ilustre rebelde bayamés, por eso tras preguntarse si fue un hombre de su época responde que no fue adivino ni profeta, sino un realista conceptuoso y humano, un idealista. Con tales atributos se es un hombre de su tiempo más también de todos los tiempos, porque lo que cambian son los accidentes, las características de una formación económica social determinada y los nombres de aquellos que aceptan el reto de cambiar las reglas de lo establecido, de domar, por decirlo así, la fuerza, en apariencia inevitable, de los acontecimientos, pero no el humanismo ni el concepto del deber social. Carlos Manuel siempre me ha parecido un realista en política y un romántico en la intimidad de sus sueños. No era tan acaudalado como algunos aún piensan, y así lo confirma Carreras, tampoco un desposeído y eso le permitió estudiar Derecho en la muy inquieta Barcelona, confrontar otras realidades en una decena de patrias europeas y aún conocer Egipto y Palestina, documentarse y comunicarse en varias lenguas, y lo que es más significativo, ponerse en contacto con ideas políticas progresistas.

Carreras da por hecho sus relaciones con Juan Prim y subraya el dato de que Pérez Galdós lo ubica entre los contertulios de La Fontana de Oro. Todo el primer capítulo nos ilustra bien sobre la presencia del joven patricio en el Viejo Continente y nos prepara para las peripecias de su regreso a Bayamo donde abre un bufete para estrenarse como abogado, dirige la Sociedad Filarmónica y comienza su tarea en la poesía, la prosa literaria, el periodismo, la música y el teatro para equilibrar la existencia y fortalecer el espíritu más que la bolsa.

Todo eso lo lleva a reuniones de esencia conspirativa con sus compañeros en el verso Castillo y Fornaris y con otros opulentos o modestos patriotas que no se resignan a soportar las duras cadenas fustigadas por Heredia. La guerra de 1868 y sus causas ocupan del cuarto al séptimo y último capítulos, los más polémicos. Carreras juzga con conocimiento de causa, y acaso con excesiva simpatía, al mayor general camagüeyano Manuel de Quesada, sostiene que la creación de la Cámara de Representantes fue un error de los hombres del 68, aunque lo considera excusable. Afirma también que Céspedes es el primero en la teoría y en la acción de abolir la esclavitud. Si se refiere al accionar de un pueblo ya en guerra contra la opresión la afirmación es exacta, pero en materia de teoría y en acciones individuales se conocen antecedentes que no debemos pasar por alto, lo que no le quita mérito alguno al prócer altivo. Sin desdeñar otros títulos consagrados al gran cubano, esta breve biografía que es también un acertado bucear en nuestro apasionante siglo XIX, contribuye al conocimiento de un hombre de singular probidad y de una época en que se forjó la conciencia nacional. Es grato conocer que una nueva edición de esta obra aparecerá en ocasión de la próxima Feria Internacional del Libro.

04/09/2002

Subirtop.gif (129 bytes)

Portada de hoy