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13/08/2002
Portada de hoy

Con el arte también se hace Patria

Entregan Orden Félix Varela de Primer Grado a Omara Portuondo, Ibrahim Ferrer y Rubén González

Pedro de la Hoz

Tres figuras cenitales de la música popular, los cantantes Omara Portuondo e Ibrahim Ferrer, y el pianista Rubén González, recibieron anoche el más alto honor que concede el Estado cubano a quienes legan a su pueblo una extraordinaria cosecha espiritual, la Orden Félix Varela de Primer Grado.

La imposición, a cargo del ministro de Cultura, Abel Prieto, tuvo lugar en el teatro Amadeo Roldán, justo antes de que comenzara el segundo de los conciertos que reunió a las luminarias de Buenavista Social Club en el escenario del auditorio habanero, destinado al primero de todos los públicos al que se deben: el de sus compatriotas.

Foto: ALBERTO BORREGOPorque, como dijo Omara Portuondo al agradecer el reconocimiento, tantos años de entrega y compromiso con la música significan que "también con el arte se hace Patria".

La sencilla ceremonia caló hondamente entre los asistentes al concierto, que escucharon la fundamentación de la entrega de la Orden leída por Orlando Vistel, vicepresidente del Instituto Cubano de la Música, y las palabras de elogio pronunciadas por la doctora María Teresa Linares, en las que evocó el relámpago que se advertía en la voz de Omara desde los días del cuarteto Loquibambia y Las D'Aida; el "sonido oriental", prístino y reluciente de la garganta de Ibrahim, puesto a punto en la época dorada de Los Bocucos; y el pianismo esencial de Rubén, príncipe en la Orquesta Jorrín y las Estrellas de Areíto.

Tan señaladas referencias resultaron pertinentes para recordar cómo Omara, Rubén e Ibrahim inscribieron sus nombres en una altísima cota de la música popular cubana mucho antes de que Buenavista Social Club, idea de Juan de Marcos González capitalizada por Ry Cooder y Nick Gould, apareciera en el horizonte, y también para anticipar una prolongada vigencia de los valores intrínsecos de sus respectivas estaturas artísticas.

Después reinó, como debe ser, la música. Bajo la sombrilla de este Buenavista Social Club, bien diferente a aquel que ganó el Grammy en 1997, se nuclea una de las formaciones más contundentes que pueda imaginarse, con los trombonistas Demetrio Muñiz y Jesús Aguaje Ramos ejerciendo el liderazgo, el contrabajo de oro de Cachaíto López y el veintiañero Robertico Fonseca demostrando que la tradición se mantiene enriquecida en el teclado.

13/08/2002

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