Nacionales
Internacionales
Culturales
Deportivas
27/07/2002
Portada de hoy

Lo que dice un hombre del mar...

En tierra hago lo extraordinario

HAYDÉE LEÓN MOYA

CAIMANERA, Guantánamo.— Contrario a lo que pudiera suponerse, el pescador que tengo frente a mí, un trabajador muy sencillo y con sobresalientes resultados productivos en la empresa pesquera de este municipio guantanamero, asegura que sus mayores esfuerzos los realiza cuando llega a la tierra.

Foto: ALBERTO BORREGOLa bahía de su Caimanera natal es el lugar donde Osvaldo Rojo Coy hace lo que se niega en llamar hazaña y que comenzó a despuntar allá por 1987 cuando capturó nada menos que 18 toneladas de jaibas. Desde entonces se consagró a la pesca de esa especie. Cada año sus planes de captura son de alrededor de una tonelada y media, sin embargo sobrepasa con creces las dos toneladas. ¿Cómo, si no con un esfuerzo extra, puede este hombre, Vanguardia Nacional por siete años consecutivos, lograr semejante resultado?

"Muy sencillo, dice él, aprovecho la jornada laboral y punto; desde que entro al mar trabajo intensamente, no pierdo el tiempo y esa es la clave para cumplir con mis obligaciones productivas: ser muy celoso con mis obligaciones como pescador. Le voy a decir una cosa, el esfuerzo productivo se hace, y eso no es nada del otro mundo. Yo siempre digo que si tengo que trabajar más horas, lo hago, pero trato de hacer lo que me corresponde en el tiempo establecido para poder cumplir otras obligaciones que son muy importantes para mí, como las tareas del CDR y otras de carácter social, para lo cual sí se requiere un extra."

Con un largo historial en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, como cuadro del Estado y dirigente político en su pueblo natal, este caimanero militante del Partido hace más de 20 años y con 56 de edad, no piensa jubilarse mientras sus fuerzas le den para hacer algo útil.

"En 1998 me comprometí, sin que nadie me lo pidiera, a aportar mi estimulación en divisa por los resultados productivos, para el programa de atención a niños enfermos de cáncer, y por muy necesitado que esté en mi entorno familiar nunca he dejado de cumplir ese compromiso, que es de 100 dólares mensuales, y déjeme decirle que me parece poco lo que dono ante el significado que tiene ese gesto. Yo no pienso nunca en el retiro, y se debe fundamentalmente a que deseo contribuir por muchos años con ese programa tan humano que desarrolla la Revolución. Yo, que viví en el capitalismo y pasé hambre como un perro, mientras trabajaba como un mulo en las salinas y pescaba con mi padre, laboro con mucha disciplina para de esa forma defender el sistema que conquistamos y al que no renunciaremos los cubanos dignos, los que no perdemos la memoria histórica."

Consecuente con tal criterio es su actitud ante los deberes patrios, y lo demuestra con la contribución que hace a las tareas de la defensa:

"Todos los años, desde 1998, entrego 150 pesos de mi salario a la defensa por encima de lo que me corresponde por el Día de la Patria y no me parece tampoco nada extraordinario, sino un deber. Le voy a pedir un favor, escriba sin exaltar mi persona; yo soy una gente más de este pueblo, con muchos compañeros de trabajo muy buenos, y gracias a ellos me siento realizado, pues me retan e inspiran en cada jornada a hacer lo que tengo que hacer. Nada sobresaliente hago en el mar, solo cumplir con mi deber; lo extraordinario lo hago cuando llego a tierra."

27/07/2002

Subirtop.gif (129 bytes)

Portada de hoy