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![]() Consentida de la velocidad ORTELIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ Imagino que dentro de la estrecha cabina de una lancha Fórmula T-I, Ruth Brown, única mujer en el mundo que pilotea este tipo de embarcación, es dueña de su reino. "Es el deporte de mi vida y acostumbro estar pegadita a mi máquina antes de cada porfía", confiesa.
¿Tal vez por ser la única mujer piloto los hombres se apiaden de ti? De eso nada. Si fuera así, hubiese ganado todos los premios. Ellos solo me consideran fuera de las pistas, pero en la carrera soy un competidor más. Conocen que siempre corro fuerte, para ganar. En ocasiones tiemblo cuando bajo de la lancha, pero no es miedo. Disfruto la velocidad. A 150 ó 200 kilómetros por hora no hay tiempo para el temor, aunque no te niego que se siente una emoción muy grande, un sobresalto así... ¿En Cuba, dónde has tenido más suerte? En Laguna de La Leche, en Ciego de Ávila. En Cienfuegos he tenido algunos percances, incluso, al extremo de que el pasado año me vi obligada a abandonar la competencia, pero son cosas del deporte. ¿La mayor velocidad? Doscientos kilómetros por hora. Fue en México. Ese día la lancha se fue al aire, hizo un roll over (vuelta de campana) y me accidenté, pero eso no me detiene, pues deseo llegar a pilotear una Fórmula I, de mayores potencia y velocidad que las T-I. Tengo valor suficiente y sé que lo lograré. Ruth practica el baloncesto, el frontón y el softboll, a manera de preparación. También realiza ejercicios con pesas. Le gusta leer y es un Gémenis sin supersticiones. Llega al punto del hipnotismo cuando escucha a Alejandro Fernández o al grupo Maná. Piensa que Carl Lewis es el mejor deportista de la historia. ¿Eres consentida entre el público cubano? Lo sé. Yo también lo quiero porque es respetuoso, amable y muy lindo. |
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