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15/07/2002
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Carlos Fariñas, creador y profesor

Sepultado ayer en La Habana este notable músico cubano

La muerte de Carlos Fariñas, acontecida en la madrugada del domingo en La Habana, privó a la música cubana de uno de sus más sólidos, adelantados y luminosos exponentes del siglo XX.

A los 67 años de edad, falleció víctima de una dolencia cardiovascular agudizada en los últimos meses. Este compositor nacido en Cienfuegos en 1934, y que integró junto a Leo Brouwer y Juan Blanco, el trío de creadores, que en los años 60 renovaron la música de concierto en la Isla.

Mientras Leo Brouwer construía una obra monumental para la guitarra y diversos conjuntos instrumentales, tenida hoy como la más trascendente a escala universal de un compositor cubano en la segunda mitad de la pasada centuria, y Juan Blanco, precursor de la música electroacústica, desarrolló al más elevado nivel ese tipo de creación sonora, Fariñas se adentró en diversos campos, desde la música de cámara hasta el sinfonismo, con una labor contumaz en los últimos años consagrada a la música electrónica y por computación.

Foto: ALBERTO BORREGOFariñas junto a sus compañeros del EMEC hace apenas dos meses: en el Festival de Música Electroacústica Primavera en La Habana.

Uno de sus Tientos ganó premio en la Tribuna Internacional para jóvenes Compositores en París y marcó pautas en la historia de la música de cámara de vanguardia en nuestro país; el repertorio sinfónico se enriqueció con obras suyas como El bosque ha echado a andar y Muros, rejas y vitrales; y en el Estudio de Música Electrónica y por Computación (EMEC), creado en el Instituto Superior de Arte (ISA) por él hace una década, compuso importantes piezas entre las que se cuenta Fractales.

El concepto de vanguardia en Fariñas no le llevó a extremos ortodoxos. Supo vincular, como pocos, novedad y tradición, de modo que aprovechó todos los recursos técnico-expresivos a su alcance para desarrollar una obra de valores singulares y propios. Un ejemplo de esa ductilidad lingüística se halla en Puntos y tonadas, pieza para conjunto de cuerdas que revolucionó la manera de hacer llegar los elementos morfológicos de la música campesina a los oídos actuales.

Otra muestra de su excelencia autoral se halla en una pequeña obra que figura en el repertorio de la mayor parte de los guitarristas cubanos: Canción triste, interpretada inicialmente por Jesús Ortega para la banda sonora del filme Soy Cuba, de Mijail Kalatozov. Y es que también a Fariñas habrá que recordarlo vinculado a nuestra industria cinematográfica.

En la docencia deja un vacío: las nuevas generaciones de compositores cubanos, de manera directa o indirecta, le deben a su ejemplar magisterio.

El sepelio de Fariñas tuvo lugar ayer en la tarde en la Necrópolis de Colón. (P. de la H.)

 

15/07/2002

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