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Mesa Redonda Instructiva Rechazamos el anexionismo de Estados Unidos y apreciamos los valores de su pueblo ARNALDO MUSA Los sucesos alrededor de la independencia de Estados Unidos tuvieron una influencia palpable durante muchos años en los procesos políticos de Europa y de América Latina. A pesar de no romper con el odioso estigma del esclavismo, el proceso de independencia norteamericano fue, sin duda, un paso importante en la libertad del ser humano. Pero los errores y las carencias políticas y sociales de aquel proceso y la filosofía expansionista con que nació aquella República, llevaron en lo adelante a Estados Unidos a ser el país avasallador e imperial que es hoy, cuando se convierte en la potencia política, económica y militar más grande que ha registrado la historia. Nuestro José Martí, que alabó siempre el ideal libertario norteamericano, pero que supo prever como nadie el papel imperial agresor de Estados Unidos escribió un artículo publicado en la Opinión Nacional de Caracas en el cual señala que "los Estados Unidos, que nacieron de padres que emigraron de su patria por exceso de amor a la libertad y austeridad en la virtud, se inclinan a mancillar esta valiosa herencia, compeliendo a pueblos menores a que existan en el provecho y acomodamiento de la Unión Americana". Es en este contexto que se efectuó este jueves, la Mesa Redonda Instructiva sobre la significación histórica del Día de la Independencia de Estados Unidos, que tuvo como panelistas a los destacados historiadores Eduardo Torres Cuevas, presidente de la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz, de la Universidad de La Habana; Jorge Hernández Martínez, director del Centro de Estudios de Estados Unidos de la Universidad de La Habana; Sergio Guerra Vilaboy, jefe del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana, y el periodista Reinaldo Taladrid, del Servicio Informativo de la Televisión Cubana. El 4 de Julio es celebrado en Estados Unidos en conjunción con la adopción de la Declaración de Independencia, el documento que proclama la disolución de los vínculos coloniales de Norteamérica con el gobierno imperialista de Inglaterra. Pero antes, el 7 de junio, Richard Henry Lee, que hizo el primer llamamiento por un congreso de las 13 colonias, introdujo en el Congreso Continental en Filadelfia, una resolución en la que se expresa "que estas Colonias Unidas son, de hecho y de derecho, Estados libres e independientes, que están exentas de toda obediencia a la Corona británica, y que toda conexión política entre ellos y el Estado de Gran Bretaña es, y debe ser, totalmente disuelta". Pero lo cierto es que esta resolución y, en general, la redacción de la Declaración, fueron modificadas por los miembros del Congreso de forma "deplorable", como la llamó Thomas Jefferson. No aprobaron la denuncia de Jefferson a Gran Bretaña por haber alentado y apadrinado al comercio esclavista. Hicieron 86 modificaciones y eliminaron 480 palabras y adoptaron el documento hace ahora 226 años, que fue entregado a un impresor, John Dunlap, quien perdió la copia original. Es evidente que desde su mismo inicio, la escena norteamericana fue dominada por un clima de esclavitud y de racismo. Estados Unidos de América nació en un ambiente de hipocresía, de palabras destinadas a ser aplicadas solamente a un grupo de norteamericanos favorecidos. Veamos que de los delegados al Congreso de Filadelfia —entre los cuales no figuró George Washington—15 eran abogados, 26 jueces, nueve agricultores, 10 comerciantes, cuatro médicos, un maestro, un publicista, un soldado, un dirigente político, un inspector de aduana y un fabricante de hierro. Hubo ausencia total de negros, indios, obreros, mujeres y pequeños agricultores, que eran la población mayoritaria en las 13 Colonias. Esto es más doloroso, cuando se recuerdan las grandes esperanza y admiración que despertaron en Cuba y en otras partes de Hispanoamérica los ideales de la gesta independentista norteamericana. No se debe olvidar que numerosos dirigentes populares influyeron notablemente en la revolución norteamericana, tanto en su gestación, como en su desarrollo y triunfo, aunque en lo que respecta a organización y conciencia de clase, poco avanzaron. Los panelistas comentaron los antecedentes del movimiento, donde por primera vez va a existir un estado independiente americano, con un concepto republicano en contraposición al monárquico; de las causas y consecuencias de la rebelión frente a los colonos ingleses; y de la influencia de la gesta estadounidense sobre el posterior movimiento independentista en Hispanoamérica, donde, se subrayó, aunque el pueblo norteamericano tuvo una actitud de cooperación, la del gobierno fue neutral, toda una hipocresía para ocultar planes expansionistas. También fue destacada la participación de ciudadanos de Cuba en la lucha de independencia norteamericana, como la del batallón de pardos y morenos que lucharon en Yorktown, y la de damas habaneras que donaron sus joyas para pagar a las tropas de George Washington. En el programa fueron expuestos numerosos ejemplos de ilustres ciudadanos norteamericanos, que desde la lucha por la independencia de Cuba aportaron sus esfuerzos a los de nuestro pueblo por su liberación, sobresaliendo entre ellos el de Henry Reeve, El Inglesito, conocido por su heroísmo en los combates. Un pueblo como el norteamericano —cuya nobleza quedó demostrada otra vez en su contribución a la devolución del niño Elián a su familia y a su Patria— no merece la política que recibe de sus gobernantes, que imponen un criminal bloqueo a Cuba y obstaculizan y prohíben los contactos de sus ciudadanos con los nuestros. Al efecto, el moderador de la Mesa Redonda, Randy Alonso, tras leer una carta de 33 profesores norteamericanos que vinieron a La Habana para estudiar a Martí, expresó cómo los cubanos hemos rechazado siempre las aspiraciones expansionistas de los Estados Unidos y apreciado los valores humanos y emprendedores de su pueblo. Y subrayó: "Rechazamos con todas nuestras fuerzas la América de Cutting, Monroe y Rambo, como admiramos la América de Lincoln, Twain, Clara Barton, Henry Reeve y Martin Luther King". |
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