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04/07/2002
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Desde África

Santiagueros en la Venecia de Mali

Texto y fotos: OSCAR BRAVO FONG 
Enviado especial

En Mopti, región a más de 600 kilómetros de Bamako, capital de Mali, media docena de médicos de la provincia de Santiago de Cuba, al igual que el resto del personal de la brigada, se han ganado con su labor el aprecio y respeto de la población nativa africana.

Tal estimación parte de que ellos atienden pacientes a cualquier hora del día o de la noche en el hospital regional de Mopti, o extienden sus servicios a cercles ( municipios) del País Dogón, o a los poblados a la orilla del río Níger y su afluente principal Bani.

En el hospital regional de Mopti, la doctora Maribel (al centro), dialoga con sus pacientes sobre el modo de evitar enfermedades gástricas, manipulando adecuadamente los alimentos.

Dentro de esta región, conocida como la Venecia de Mali, por el acento y la afectuosidad característicos de los orientales distinguimos a las médicas generales integrales Mariela Márquez Montoya, Clara Madariaga Phillips y Zoraida Bronfield Caballero, así como a la gastroenteróloga Maribel Suárez Borges, el otorrino Rolando Diacén López y el urólogo Rafael L. Cordies Justin, este último con tres misiones internacionalistas, dos de ellas en Mali.

Maribel, quien labora en Palma Soriano en el policlínico comunitario de especialidades y también en el hospital docente Tamara Bunke, antes de esta misión médica maliense estuvo en Mozambique por dos años. La de Mali, según ella, ha sido la más difícil, no solo por las temperaturas de casi 50 grados Celsius, sino por los disímiles dialectos que te incomunican a veces con el paciente.

Sin embargo, no detiene su quehacer en el hospital regional de Mopti. Visita con frecuencia comunidades intrincadas como Douenzá, Bandiagará, D'Jené, entre otras. Allí entrena al personal maliense en la técnica de lavados gástricos y enseña cómo resolver problemas digestivos, provocados por la no observancia de las normas higiénico sanitarias, por ejemplo, en la elaboración de los alimentos.

UNA TRANSFORMACIÓN MÁGICA

Desandamos a pie unos tres kilómetros desde el hospital regional hasta el Centro de salud. En un pequeño local, con un niño sentado en sus piernas al que acaricia, permanece la doctora Mariela Márquez. A sus 33 años de edad está al frente de una brigada de nueve médicos generales integrales, distribuidos en los diferentes cercles (municipios) de la región.

En Mopti, los santiagueros Clara Madariaga y Rolando Diacén visitan un "village" comunitario.

"Junto a nosotros tenemos a la médica santiaguera Zoraida, la cual mantiene un excelente trabajo dentro de la comunidad de D'Jené. Ella logró que el chef del "village", líder comunitario, persuadiera a los hombres, musulmanes todos, para que fueran a la consulta de obstetricia, junto a sus esposas embarazadas.

Esto es como una transformación mágica en el País Dogón, dentro de una sociedad predominantemente machista, donde está muy arraigada, incluso, la poligamia."

¿Qué ha significado para ti permanecer durante este tiempo en Mali?, le pregunto.

"Esta misión que casi concluye para los 101 cooperantes médicos cubanos, y que dará paso a una nueva brigada, constituye una escuela para mí. En mi Isla querida tú no ves, como aquí, tétanos en los recién nacidos, producto de las campañas de vacunación que desarrolla Salud Pública".

"Un avance notable es que los nueve médicos generales integrales logran encaminar la dispensarización en la comunidad, para detectar padecimientos y posibles riesgos. En casi dos años se atendieron 24 333 pacientes, a pesar de que en otras ocasiones ha sido necesario cruzar los ríos crecidos en pinazas."

SI EL ENFERMO NO VIENE A MÍ...

Tras recorrer más de 75 kilómetros desde Mopti, con todo el polvo del desierto sobre los ojos y la visión de millares de árboles baobabs, como parte de los parajes exóticos que atraen a los turistas occidentales, la comitiva de refuerzo médico cubano arribó a Bankass, comunidad del País Dogón. Al hospital de la localidad, habían llegado los doctores Rafael Diacén y Cordies.

Para Cordies, como dijo Gardel, 20 años no es nada, si se ha regresado como él, después de ese tiempo, a Mali. "Le tengo mucho cariño a este país, y aporto mis conocimientos nuevamente en el campo de la urología, a pesar de que en el trabajo médico influyen el bajo nivel cultural de la población nativa" .

Al pasar antes por el consultorio de la doctora Clara Madariaga, en una localidad apartada del País Dogón, ella nos decía que "como soporte del trabajo médico, se visitan a las personas en sus propias casas, como una extensión de la experiencia del médico de la familia en Cuba".

Como otros galenos de la mayor de las Antillas, ella participa además en campañas de vacunación para inmunizar a los niños de zonas rurales, con el objetivo de prevenir enfermedades.

Amanece sobre los campos desérticos de Bankass, con una corona de sol tenue. En los cooperantes llueve la nostalgia por Cuba y sus paísajes animados por la temporada veraniega. Muy cerca se divisan las famosas fallas de Bandiagará, puerta de acceso al País Dogón, con más de 200 kilómetros de longitud.

Mientras, en medio de este panorama recorremos el pequeño pueblo de casas de adobe, el director del hospital de Bankass, doctor Yacouba D'Jené, me comenta con humildad que "el trabajo desarrollado por el personal médico cubano en estas tierras antes olvidadas, está en una escala tan alta como esas cordilleras". Son muy humanos y profesionales, señala, y estarán siempre en los corazones de todos los malienses.

04/07/2002

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