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Bombas y fútbol opacan Cubre Cuatro atentados con coches bombas en poco más de 24 horas es demasiado para lo que las autoridades españolas podían esperar y aceptar SEVILLA, 22 de junio.—Contrario a lo que el gobierno español deseaba, las bombas de la organización separatista ETA y, para colmo, la derrota española en el mundial de fútbol contra Corea del Sur opacaron por completo la Cumbre Europea de Sevilla, destaca Prensa Latina. Cuatro atentados con coches bombas en poco más de 24 horas es demasiado para lo que las autoridades españolas podían esperar y aceptar. El viernes, poco después de las 07.00 hora local un coche bomba reventó frente a un hotel de la ciudad balneario de Fuenguirola, con un saldo de seis heridos, cinco de ellos británicos. Cinco horas más tarde, otro automóvil explotó en el centro de Marbella, importante centro turístico, sin víctimas, pero con serios daños materiales. Parecía que todo había pasado y cerca de la media noche, en el Parqueo subterráneo de una conocida cadena comercial, en Zaragoza, estalló otro automóvil provocando tres heridos y también fuertes daños. Hoy, casi coincidiendo con la clausura de la cumbre, otro automóvil voló por los aires, esta vez en la norteña provincia de Cantabria, con serios daños en los edificios y vehículos que se encontraban en los alrededores, aunque sin causar víctimas humanas. En todos los casos los atentados fueron reivindicados por la Organización armada separatista ETA, que aprovecho la atención sobre la celebración de la Cumbre sevillana para anunciar al mundo que se mantiene activa. Para colmo, la derrota española en el mundial de fútbol ante Corea del Sur también surtió sus efectos adversos sobre los mandatarios reunidos en la capital de Andalucía. Aunque la agenda de la reunión resulta muy importante para la Unión Europea, ayer las delegaciones de Alemania y Gran Bretaña prestaron más atención a los partidos que dirimían sus respectivos equipos que a los debates de la cumbre. Hoy le tocó el turno a España, aunque al presidente del gobierno, José María Aznar, no le quedó más remedio que asistir a la plenaria, aunque hubiera preferido estar frente al televisor. |
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