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La corrupción en Nicaragua Un ládron sigue impune ORLANDO ORAMAS LEÓN El ex presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán se esconde detrás de su fuero parlamentario para evadir la justicia, mientras parte de su gabinete ha sido encarcelado por delitos de corrupción contra fondos públicos.
Resulta una verdadera vergüenza para el país centroamericano que el Presidente de la Asamblea Nacional escape a los tribunales gracias a la inmunidad parlamentaria, que comparte con varios diputados, ex funcionarios de su administración, también acusados por desfalcar las arcas del Estado. Buena parte de la bancada liberal, que domina el Parlamento, está comprometida con Alemán en la corrupción, lo cual ha impedido, por unos pocos votos, que prospere una petición de desafuero presentada por los legisladores del Frente Sandinista. Más de 20 ex funcionarios de la administración anterior han sido requeridos por la justicia como autores o testigos de millonarios fraudes, entre los que figura uno de los más cercanos colaboradores del ex presidente. Byron Jeréz, ex director general de Ingresos, fue trasladado a la cárcel Modelo de Managua, donde se unió en una galera especial a otros ex funcionarios. Jeréz será procesado por fraude, peculado, malversación de caudales públicos y asociación para delinquir. Ahora comparte las rejas con el ex vocero presidencial, al anterior presidente de la telefónica estatal INTEL, el ex gerente del aeropuerto Internacional de Managua, y el antiguo director del Instituto de Turismo, entre otros. Según denuncias de la prensa, y de familiares de la población penal, el grupo estará como en una reunión de gabinete y en suite presidencial, pues ocuparán celdas con aire acondicionado, televisión por cable y computadoras con servicio de Internet incluido. "Aquí nuestros parientes que están presos por robar una gallina o un pantalón se pudren en celdas sin luz ni agua potable. Y los ladrones de cuello y corbata, que se robaron millones de dólares, son tratados como reyes", declaró una mujer a una radioemisora local. En la cárcel Modelo, los reclusos permanecen encerrados, en grupos de ocho, en celdas de cuatro por tres metros cuadrados donde apenas entran algunas literas, con un hueco en el piso para las necesidades y pésimo régimen alimenticio. Muchos reos padecen enfermedades contagiosas que se diseminan por falta de medicamentos y atención adecuada. Pero en la galera de lujo falta otro alto empleado del anterior gobierno. Martín Aguado era otro de los allegados de Arnoldo a quien la Controlaría General investiga por presuntos manejos indebidos de fondos cuando se desempeñaba como presidente del Instituto de Seguridad Social. Aguado dirigió esa entidad hasta octubre pasado, cuando Alemán lo nombró superintendente de Pensiones. Fíjense que siempre queda cerca del dinero ajeno. Ello ocurrió luego de una apresurada reforma a la Ley de Pensiones enviada al Parlamento por el entonces Presidente de la nación. Aguado se marchó apresuradamente de Nicaragua el pasado 23 de abril y su paradero actual se desconoce. El descrédito era tal que hasta el Banco Interamericano de Desarrollo congeló un préstamo millonario para fortalecer el sistema de seguridad social nicaragüense hasta tanto se clarificaran las irregularidades. Desde su actual escondite, el funcionario prófugo envió una carta de renuncia al mandatario Enrique Bolaños y se presume que verá desde el cómodo exilio el curso de los actuales procesos de corrupción. Mientras tanto, el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MIT) solicitó a la Procuraduría de Justicia se investigue al ex mandatario y actual presidente del poder legislativo por la construcción de una "mega-carretera" vecina a su hacienda en El Crucero, al sur de Managua. La vía de unos 30 kilómetros, fue construida por orden de Alemán durante su presidencia, para comunicar su hacienda El Chile, donde reside, con otras fincas de su propiedad ubicadas en la zona. El actual titular de Transporte, Pedro Solórzano, dijo que la obra tuvo un costo de tres millones de dólares, suma con la que podría haberse construido al menos 430 kilómetros de caminos rurales. Alemán alega ser objeto de una persecución política por parte de quien fuera su vicepresidente, el actual mandatario Enrique Bolaños, también del Partido Liberal Constitucional. El PLC se encuentra dividido, mientras el resto de los partidos políticos y la opinión pública reclama que Alemán comparezca ante los tribunales. Aquel que más de un episodio de prepotencia cometió desde la posición presidencial, ahora hasta lloró en público, durante un discurso ante varios correligionarios en la ciudad de Masaya. Lejos de ser una señal de arrepentimiento, sus lágrimas fueron las del cocodrilo, que no puede esconder la voracidad con la que desahució a una de las naciones más pobres del continente, y a la que tampoco escapó la ayuda internacional enviada tras el huracán Mitch. |
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