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El muchacho del Copacabana Ventura de Jesús CÁRDENAS, Matanzas.— Acusar a Cuba de terrorismo es como acusar al Papa o al Vaticano de fabricar bombas atómicas, sostuvo aquí Giustino Di Celmo, minutos antes de la presentación del libro El muchacho del Copacabana, de la investigadora y profesora santiaguera, Acela Caner Román, en el cardenense Museo a la Batalla de Ideas. Al despreciar el intento de quienes adjudican tal falacia a nuestro país, el padre de Fabio, joven italiano víctima precisamente del terrorismo, dijo que eran inadmisibles esas aseveraciones. "Es burlesco. Están cancelando la creatividad del hombre en este planeta", comentó. Por su parte, Acela reconoció que Giustino simboliza la Batalla de Ideas que lleva a cabo el pueblo cubano, y que el libro, inspirado en la memoria de su hijo, lleva un mensaje a todos los corazones del mundo y de Cuba. Reveló ante los presentes en el Museo a la Batalla de Ideas que cuando conoció de los hechos que ocasionaron la muerte a Fabio se conmovió como madre, y que luego llegó a verlo en su relación con el padre y hermanos, como futbolista, admirador de Fidel y de la Revolución cubana. "Enseguida tuve en mis manos el proyecto", expresó. En el primer capítulo, dijo, se narran los sucesos del crimen y a partir de ahí se incorpora a manera de complemento lo publicado en la prensa internacional, fundamentalmente en la norteamericana, en la que se evidencia la tergiversación y manipulación de los hechos con el propósito de perjudicar a Cuba como destino turístico. Admitió, sin embargo, que en esos mismos medios de prensa la verdad se fue abriendo paso, y que el libro, aunque se inicia con el crimen, termina con la vida. Su contenido optimista se expresa en el ejemplo de Fabio y cómo se ha multiplicado en nuestra sociedad, en niños que llevan su nombre, en obras de danza, etcétera. A propósito, el propio Giustino reconoció que nunca dice que su hijo está muerto. "Simplemente se ha ido", expresó. Luego agradeció a las autoridades cubanas la posibilidad de poder estudiar Sociología, especialidad que no pudo matricular una vez concluida la guerra por falta de sustento económico. "Ahora soy el más joven estudiante de la Universidad de La Habana", significó en son de broma. |
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