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Encuentro Iberoamericano Mujer y Comunicación Globalizar la cultura de la equidad Sara Mas La necesidad de que en el mundo de hoy se imponga la globalización de la verdad de las mujeres, de los pobres, de una cultura de la equidad, fue señalada ayer por Vilma Espín, presidenta de la FMC, durante la apertura del V Encuentro Iberoamericano Mujer y Comunicación, que se desarrollará hasta mañana en el complejo hotelero Neptuno Tritón, en la capital. Convocado por la Unión de Periodistas de Cuba y la FMC, con el auspicio de las oficinas regionales de la Federación Democrática Internacional de Mujeres y de Cultura de la UNESCO, así como de la Comisión Nacional de la UNESCO, el encuentro reúne a 180 periodistas y profesionales de la comunicación de más de diez países, además de participantes de Angola y Mozambique. En el caso de las mujeres, el modelo neoliberal imperante ha conducido, por una parte, a la feminización de la pobreza y por otra, a la marginación y desigualdad en el acceso a la información y la tecnología, afirmó Vilma. Género y globalización fue, precisamente, el tema principal del primer taller de debate, que contó con una intervención del economista Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial. Lejos de oponerse a la realidad objetiva e irrebatible de la globalización como proceso derivado del desarrollo histórico y tecnológico, Martínez profundizó en la condenable forma neoliberal que le impone a esa globalización un carácter excluyente y depredador. Un modelo, señaló, que consigue incluso racionalizar la exclusión, convertirla en categoría mental, difundirla por los monopólicos medios de comunicación y hacer que las víctimas piensen en los mismos términos de los victimarios. Entre los muchos ejemplos citados por el especialista, está el hecho concreto de que, para lograr servicios de salud reproductiva y maternidad para todas las mujeres del mundo, serían necesarios 12 000 millones anuales adicionales de dólares hasta el 2005, cifra que parece imposible de obtener mientras que paradójicamente Europa y Estados Unidos gastan esa cantidad un año solo en alimentos para animales domésticos de las familias acomodadas. La opción de alcanzar un nivel global de información basado en las posibilidades de Internet, dentro de ese contexto socioeconómico actual, mezcla la maravilla de la tecnología y la exclusión social. Según datos de Naciones Unidas, una computadora, indispensable para el acceso a la red de redes, cuesta ocho años de ingresos a un habitante medio de Bangla Desh, además de la obligatoriedad de contar con el servicio telefónico y pagar por la conexión y las llamadas. En medio de esa realidad desigual, germinan iniciativas y propuestas alternativas que han tenido en Internet un instrumento insospechado de movilización para el movimiento antiglobalización en el mundo. También se encuentran experiencias como la de CIMAC, Agencia de Comunicación e Información de la Mujer, asociación civil de México y Mujeres en Red, de España. |
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