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![]() Acotaciones Por el mar de la palabra AMADO DEL PINO Muchos recordamos aquella idea de García Lorca, en virtud de la cual "el teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana". Para el gran poeta portugués Fernando Pessoa, la escena no fue una vocación incontenible como en Federico, sino una variante más dentro de sus brillantes ejercicios de estilo. En vez de levantar el verso hacia lo dramático, soñaba con que el escenario entrara por los cauces de la metáfora. Ahora Matacandelas ha traído al Mayo Teatral O Marinheiro, el único texto dramático de Pessoa, escrito en 1913 y nunca representado durante la vida del desdichado poeta. La puesta en escena de Gustavo Díaz y Cristóbal Peláez acentúa la inacción del original y concentra el palpitar escénico en los rostros y las luces. La renuncia al argumento es total, la búsqueda de la comunicación se juega todas las cartas al poderoso verbo y a la textura de las imágenes. Un diseño de luces que va del oscuro pleno a inteligentes subrayados de zonas o rostros sirve de apoyo al decir, a la vez vehemente y contenido, de las actrices. Formidable resulta en el manejo de la carga verbal María Isabel García. A pesar de que Pessoa no manejó elementos como la caracterización de personajes o el desarrollo de un conflicto, otro director podría haber buscado en la agonía bien estructurada de la obra mayores posibilidades al juego teatral. Pero Díaz y Peláez optaron por subrayar hasta el delirio lo metafísico y lo abstracto de este viaje frente al mar de los conceptos y las sensaciones. Al final resulta una propuesta coherente y sincera, que parece creer, con fervor, en el movimiento de las ideas como una de las formas esenciales de acción sobre las tablas. |
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