El privilegio de haber visto una computadora

Inauguran en La Habana un correo informatizado, un laboratorio de computación y una central telefónica digital

Félix López

No fue noticia en la parte pobre y olvidada del planeta, pero ayer no pocas naciones desarrolladas celebraron, con derroche de tecnología y anuncios de nuevos artilugios, el Día Mundial de las Telecomunicaciones. Una jornada para rendirle culto a la modernidad y a los más asombrosos aparatos que han transformado la vida del hombre.

Cuba, que está ubicada al Sur, pudo darse el lujo —por excepción— de inaugurar tres obras asociadas a las nuevas tecnologías: un correo informatizado, un laboratorio de computación y una pequeña central telefónica digital. Pero lo más importante de estos nacimientos, es que ocurrieron en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, universidad donde se estudian las especialidades afines a las Telecomunicaciones.

Esas inauguraciones, realizadas con el concurso de varias empresas pertenecientes al Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, forman parte de un proyecto mayor que socializa en Cuba las nuevas tecnologías. Ahora, además de la modernización emprendida en el campo de la telefonía, la digitalización y la industria electrónica, ha llegado la computación hasta los lugares más remotos de la Isla, y son los niños los principales protagonistas de esta fiesta del conocimiento.

Es cierto que la revolución de las telecomunicaciones ha cambiado la imagen de una parte de la humanidad. Y que algunos ya no se imaginan la vida sin ella.

Pero muchos en este mundo no conocen todavía de la radio, ese espectacular invento del físico italiano Guglielmo Marconi, que irrumpió en la vida del hombre hace un siglo y un año atrás. Algo similar ocurre con el teléfono y la televisión, esta última todavía un espejismo para quienes no tienen la oportunidad de ver en vivo el desarrollo de los conflictos bélicos, eventos deportivos y catástrofes naturales que son captados por cámaras televisivas.