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![]() Clausuran taller Pensar el siglo XX cubano Pedro A. García Con paneles dedicados a debatir las relaciones entre el imperialismo norteamericano y la nación cubana (1902-1958) y sobre la Revolución triunfante en 1959, finalizó el viernes el taller Pensar el siglo XX cubano, que con la participación de destacados especialistas de las Ciencias Sociales del país sesionó desde el miércoles en la sede del Instituto de Historia de Cuba. El investigador Alejandro García, al abordar los efectos en la economía de las relaciones de Cuba con EE.UU., se refirió a las primeras décadas de la república neocolonial donde se produce un crecimiento notable pero sumamente distorsionado, fundamentado en el azúcar como elemento básico de complementación y subordinación de la economía cubana al vecino del Norte. El historiador Oscar Zanetti analizó la etapa de crisis de esa relación y del modelo de crecimiento asociado que ella implicaba, en la cual ese canal de crecimiento se obstruye básicamente por el propio proteccionismo norteamericano. El sistema de cuotas azucareras, afirmó, supuso una situación de estancamiento en la industria azucarera cubana. La investigadora Graciela Chailloux demostró que en el pensamiento económico burgués ya se reconocía la crisis estructural de la economía cubana mucho antes de 1959. Puso como ejemplo a los economistas Julián Alienes, quien enarboló esa tesis en sus obras Problemas de la Economía de la Paz y las soluciones que se apuntan (1945) y Características fundamentales de la economía cubana (1948); y Gustavo Gutiérrez (La orientación de la economía nacional, necesidad de un programa de acción económica, 1948). En el panel sobre la Revolución triunfante, el académico Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), señaló entre los rasgos de originalidad del Socialismo cubano cómo este reconoce la jerarquía de la cultura, entendida no solo como arte y literatura sino como cultura general integral, y en ella, ocupando un nicho de especial importancia, la cultura histórica. Aseveró que no hay desarrollo sin cultura, síntesis depurada y medidor supremo de la calidad del desarrollo. No es superior el socialismo por producir más acero que el capitalismo, o por superarlo en una insensata carrera consumista, sino por crear seres humanos más cultos y por tanto más libres, más plenos, más solidarios, más humanos, en una palabra. El académico Miguel Limia señaló que en Cuba desde 1959 estamos empeñados en construir un mundo social diferente y superador de la Modernidad. Promovemos un ideal de sociedad de justicia social, de igualdad, libertad y dignificación personal y colectiva. Abrimos cada día de manera efectiva, ante la humanidad, una salida real de los conflictos, vicisitudes, desesperanzas y aspiraciones irrealizadas que la agobian y la amenazan. |
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