Una tercera expedición del proyecto cubano canadiense Exploramar y su barco Ulises a la plataforma insular del cabo de San Antonio ha revelado que el hallazgo arqueológico detectado hace meses es una isla que existió entre Yucatán y Cuba y se sumergió en el mar.

Paulina Zelitski, ingeniera oceanógrafa al frente del proyecto, dijo a Guerrillero que estas precisiones fueron dadas a conocer por el experto Manuel Iturralde, de la Academia de Ciencias de Cuba, en una reciente conferencia de geofísica.

El hundimiento tuvo lugar, según Zelitski, debido a una falla geológica muy profunda en cuyo fondo hay ceniza y vidrio volcánico. Esta falla produjo algo así como una pared que resguarda a Cuba de movimientos sísmicos.

Iturralde encontró en sus investigaciones movimiento activo geológico en la zona. La isla está entre nueve y cuatro kilómetros de las costas del cabo de San Antonio.

Actualmente investigan otros detalles acerca del hundimiento que ocurrió hasta una profundidad de unos 1 500 metros, aunque hay áreas a solo 600 metros.

Existe la hipótesis de que el hundimiento haya sido, entre diez y 15 000 años.

Las construcciones más importantes de la región, incluidas las arcaicas no van más allá de los dos mil años.

"La toma de imágenes y el trabajo de los equipos en esas profundidades se ha hecho muy difícil y lo que se ve es como una nieve rusa", expresó la investigadora.

También precisó que en los fondos marinos hay como una especie de terrazas y a 800 metros existen bahías como las que se conocen en la superficie.

Para atenuar los problemas de visibilidad a fin de lograr la filmación de imágenes, el proyecto construirá una plataforma con luces.

Aún no se han podido hacer excavaciones en la zona, que es lo ideal para tomar evidencias de todo tipo.