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![]() Le Pen Ultrasorpresa gala Arsenio Rodríguez Realmente que el máximo representante de la ultraderecha francesa ocupara el segundo lugar en cantidad de votos durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales constituyó una sorpresa, posiblemente, hasta para el propio Jean-Marie le Pen. De esta manera se convierte, junto con el presiente saliente, Jacques Chirac, en uno de los dos y únicos candidatos a presidir la V República francesa, en la segunda y última vuelta, prevista para el próximo cinco de mayo. Así de simple pudiera ser una primera reflexión sobre el resultado electoral. Pero si se profundiza acerca del comportamiento del voto popular, salta a la vista la fragmentación de la izquierda y, sobre todo, cómo influyó negativamente en el reparto de votos la existencia de nada menos que de 16 candidatos en la porfía, amén de la alta abstención que caracterizó estos comicios. Buscar una explicación a lo anterior no resulta fácil, pues son diversos y complejos los factores que han influido en el Viejo Continente para que se den estos avances de la ultraderecha, (recordar el significativo caso de Austria), lo que provoca la pérdida del espacio político que ocupaba la Socialdemocracia en esta parte del planeta. Ciertamente que los especialistas daban como posibles ganadores, exclusivamente a Chirac y al hasta entonces primer ministro Lionel Jospin, y se reconocía que tanto Le Pen, como otros dos candidatos, uno de la izquierda y otra de la extrema izquierda, podían sobrepasar la barrera del 5% de los votos necesarios para ser tomados en cuenta. El hecho conmocionó a la sociedad gala, como era de esperar, y lo demuestran no solo las declaraciones de personalidades y organizaciones políticas y sociales, sino la reacción popular, sobre todo de los jóvenes, en contra del líder ultraderechista. Sorprende, a los que de una u otra manera siguen de cerca la problemática política francesa, el renacer de una figura que había sido golpeada nacional e internacionalmente por sus posiciones reaccionarias. Pero la realidad es tozuda y lo sucedido constituye un llamado de alerta que, al parecer, ha sido escuchado por la sociedad francesa que reacciona y convoca al voto en contra del líder ultraderechista. En mayo se escogerá al próximo Presidente, pero queda por ver qué sucederá en junio, cuando, mediante las elecciones legislativas, se elija a los integrantes del gobierno, por lo que ya algunos se preguntan, y con toda razón, ¿repetirá la sorpresa la ultraderecha francesa?
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