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23/04/2002
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Declaración política (IV parte y final)

 

TODOS MENTÍAN A DIESTRA Y SINIESTRA

Castañeda, por su parte, desmentía frenéticamente las palabras de Alarcón y de Felipe.

En conferencia de prensa el 21 de marzo, a la pregunta de un periodista si el gobierno de México pidió o sugirió al de Cuba que el Presidente cubano ajustara su agenda para no encontrarse con el presidente Bush, Castañeda respondió:

"De ninguna manera, en ningún momento ningún funcionario autorizado del gobierno de México le hizo un planteamiento de esa índole, o de cualquier otra índole que pudiera semejársele, al gobierno de Cuba, a las autoridades cubanas".

Ante la insistencia de la prensa, Castañeda respondió:

"No hubo ninguna presión, influencia, gestión, solicitud, sugerencia, insinuación. Si tuviera mi diccionario de sinónimos, seguiría, pero pues de memoria quizá no se me ocurran muchas más; pero si a usted, Blanche, se le ocurre una, plantéemela y le doy la misma respuesta."

Ante el programa de televisión "Zona abierta", Castañeda reiteró:

"No hubo en ningún momento presión por parte de ningún funcionario mexicano a Fidel Castro, para que se fuera antes de lo previsto."

Foto: AHMED VELÁZQUEZEl señor Fox, el 22 de marzo en conferencia de prensa conjunta con Bush, al preguntársele por las presiones para excluir a Castro, dijo: "No hay tal. El señor Fidel Castro hizo su visita a México, a la conferencia de la ONU, estuvo aquí, participó y se regresó a Cuba. ¡No hay más! Así de sencillo."

En entrevista concedida a Joaquín López Dóriga, y publicada en el diario La Jornada, al preguntarle si era cierto que Fidel Castro se fue, primero, porque su gobierno dijo que no viniera; y, segundo, porque cuando estuvo aquí usted le dijo que se fuera, Fox respondió: "No, que yo sepa, para nada. Sería interesante, oportuno, que nos señalaran de dónde salió este asunto; creo que Fidel Castro tiene la suficiente madurez, lleva tantos años gobernando, no creo que a él cualquier cosa como ésta le impidiera su libertad y su voluntad. Castro estuvo aquí en Monterrey, participó en el congreso, en la reunión de la conferencia de las Naciones Unidas, y después decidió irse. Nadie lo obligó a irse."

En declaraciones a la televisión azteca el 24 de marzo, al preguntársele qué había ocurrido conmigo, respondió: "Así como fue de repentino su aviso de llegada y su llegada, que llegó por la noche del día anterior, así fue su salida. Simple y sencillamente, vino, dio su discurso y presentación, se le recibió con todas las cortesías en el aeropuerto, lo saludé a su llegada, igual que a todos los demás, me despedí de él y se fue. Así de sencillo. ¿Qué pasa, qué hay detrás? No entiendo."

Bush, por su parte, afirmaba beatíficamente que Estados Unidos no había ejercido presión alguna sobre México.

Todos mentían a diestra y siniestra.

Si Castañeda hubiese abierto el diccionario de sinónimos donde debía, se habría encontrado con que mentir equivale a: engañar, embustir, trapalear, embrollar, tramar, faltar a la verdad, novelar, falsificar, fingir, simular, fantasear, adulterar, trapalear, dar gato por liebre, ocultar, burlar, timar, embaucar, cascabelear, etc., etc., etc.

La credibilidad de nuestro país fue puesta en duda. De acuerdo con una encuesta, casi la mitad de los mexicanos habían sido inducidos a desconfiar de la veracidad de Cuba.

En el editorial de Granma del pasado 26 de marzo se advirtió: "Cuba posee pruebas irrebatibles de todo lo ocurrido que barrerían cualquier duda. Ha preferido abstenerse de usarlas, porque no desea perjudicar a México, no desea lesionar su prestigio, no desea en lo más mínimo crear desestabilización política en ese hermano país.

[...]

"De alguna forma, por el honor de México, debe ponerse fin a tales ofensas y agresiones al pueblo cubano. Que no se obligue a Cuba a presentar las pruebas que poseemos."

Dicho editorial concluye afirmando:

"No pedimos otra cosa que el cese de las provocaciones, insultos, mentiras y macabros planes del señor Castañeda contra Cuba. De lo contrario, no quedará otra alternativa que divulgar lo que no hemos querido divulgar y hacer polvo sus falsos y cínicos pronunciamientos, cueste lo que cueste. ¡No lo dude nadie!"

La palabra desestabilización se empleó porque el aventurero canciller mexicano arrastró en su perfidia nada menos que al Presidente de México. No podían usarse nuestras pruebas sin implicarlo. Tal vez esto los condujo al error de creer que nos resignaríamos al golpe sin que se destapara la caja de Pandora. Un país bloqueado por el gigante que hoy inspira tanto miedo y amenaza al mundo con sus misiles y bombarderos, cuyos gobiernos arbitrarios además incluyen de forma cínica y calumniosa a nuestra Patria entre los países que apoyan el terrorismo, no podía atreverse a tanto.

Mas, ni aun así deseábamos sacar a la luz nuestras pruebas. Guardamos silencio hasta casi más allá de lo que permitían la ética y la verdad. Faltaba, sin embargo, la gota que colmó la copa.

El miércoles 10 de abril, el trasnochado y abyecto Judas que preside el Uruguay, asumiendo el inglorioso papel de lacayo que venía desempeñando la República Checa, presentó ante la Comisión de Derechos Humanos el engendro contra Cuba, concebido y fraguado con Washington por el canciller Castañeda.

Hay algo más —aquí entre paréntesis—, hasta se nos amenazó con romper relaciones, un gobierno en el cual, un ministro de salud asesino permitió qe murieran niños sencillamente para no adquirir las vacunas de Cuba, único país que las producía con las características adecuadas, según les informó el instituto francés "Pasteur", al responder a una consulta de Uruguay. Realmente estamos ante esas amenazas, solo nos queda responder qué esperan para hacerlo.

Eso no impedirá que nuestras vacunas lleguen, porque estando próxima ya la necesidad de un nuevo lote, el mismo día en que aquel infame proyecto fue presentado contra Cuba en Ginebra por el gobierno uruguayo, a las 3:00 de la tarde salía de La Habana un avión cubano hacia Uruguay con 200 000 dosis donadas por Cuba. Nosotros estábamos realmente tan indignados cuando apareció el primer brote y se supo la historia de lo que había ocurrido, cuando pudo prevenirse. Le dijimos al pueblo uruguayo que estábamos dispuestos a donarle las vacunas. Necesitaban en ese momento, a finales de diciembre pasado, 71 000 dosis. Algo más, de nuestra reserva de vacunas, el total de ellas las sacamos y las enviamos allí. De esto hace apenas 15 semanas, cuando surgió un brote por un pueblo del interior. Hace poco se desató el brote en la capital. Enviamos de inmediato 200 000 dosis el 7 de abril, ya producidas con anterioridad. Asumimos incluso los gastos de transporte. Después han surgido discusiones, porque quieren negar que se trate de una donación y se empeñan de todas formas en descontarlo de una vieja deuda.

Sí, tenemos una vieja deuda, no es muy grande, ni algo que en la actualidad nosotros no podamos enfrentar, en más o menos tiempo. Ese impago se produce cuando surge el período especial, después que se derrumba el campo socialista y la URSS y cuando el gobierno de Estados Unidos, aliado, o más bien amo del gobierno uruguayo, acentúa y recrudece su bloqueo. Once millones de cubanos son testigos de lo que significó eso.

Hemos dicho que estamos dispuestos a discutir dicha deuda cuando quieran; pero que no deseamos, y nadie nos puede imponer que tal donación no es una donación, sino un pago de deuda. Jamás pagaríamos ninguna deuda con nuestra reserva de vacunas, mientras reponíamos las mismas.

No es un invento. Hay una tradición que el mundo conoce de nuestro país y de nuestra política. No andamos con mentiras ni demagogias de ninguna clase, y nos negamos con todo derecho a que se ultraje nuestra donación. Realmente, una miseria humana. Y digo que si rompen las relaciones, llegarán puntualmente las vacunas restantes, tal vez 800 000 dosis, excepto que no quieran que el avión aterrice allí, porque a las 12:00 de la noche del 21 al 22 de abril, horas después de la puñalada de Ginebra, llegaron a Montevideo las 200 000 dosis del tercer lote de vacunas y estarán listas todas las demás.

Dos mil seiscientos médicos cubanos prestan servicio gratuitamente en países del Tercer Mundo a través del Programa Integral de Salud, como ayuda de Cuba a países del Tercer Mundo. No los voy a enumerar; pero no es en pago de deuda alguna, ni toma venganza nuestro pueblo por las cosas que se le hicieron a Cuba en los primeros años de la Revolución cuando todos los gobiernos latinoamericanos se entregaron a Estados Unidos, con la excepción de México, que tan terriblemente doloroso papel desempeña ahora, a la cabeza de otra gran traición a Cuba, como la que ya habían hecho aquellos tristes y vergonzosos años de cobardía y entreguismo. Estados Unidos les repartió nuestra cuota azucarera, de 4 millones de toneladas aproximadamente, que tenía un precio diferencial. Esta vez, afortunadamente, unos cuantos no se sumaron a la pérfida conjura. Toda esa historia hay que recordarla, y que nosotros no pagamos deuda con nuestra sangre. ¡Con nuestra sangre pagamos únicamente las deudas que tenemos con la humanidad! Nuestros elementales deberes de solidaridad con otros pueblos.

Es ruin y miserable esa política del gobierno uruguayo. Y a Cuba no se le puede amenazar, ¡nadie la puede amenazar! Ha vivido 43 años amenazada por el gigante, que es hoy tres veces más fuerte de lo que fuera entonces. Hemos resistido y continuaremos resistiendo con nuestro honor, nuestra vergüenza y nuestra conciencia, que es lo único capaz de explicar la supervivencia de nuestro país y su revolución.

Excúsenme por este paréntesis.

El 15 de abril, la Presidencia de México emite un comunicado oficial donde informa que México votará a favor del proyecto presentado por Uruguay.

Era una decisión conocida por nosotros varios días antes. Respondía a un acuerdo concertado con Estados Unidos.

Lo más grotesco es que hasta se nos quiso sobornar y comprar nuestro silencio sobre lo ocurrido en Monterrey. En medio de los dramáticos acontecimientos que tenían lugar en Venezuela, cuando la vida de Hugo Chávez corría mortal peligro y todo parecía liquidado, el Embajador de México en Cuba, al que no culpo, transmitía, la tarde del 13 de abril, aproximadamente 38 horas antes del comunicado oficial del 15, un mensaje del gobierno mexicano prometiendo que Petróleos Mexicanos podría asumir los suministros venezolanos que dejaría de entregar PDVSA.

Nos repugnaba la cínica maniobra de engaño con la que pretendían neutralizar nuestra protesta contra la fechoría que iban a cometer en Ginebra. El gobierno de México siempre se opuso sistemáticamente a que Cuba recibiera beneficio alguno de acuerdos como los de San José y otros. Le dimos fríamente las gracias y no mostramos el menor interés por la hipócrita oferta.

La promesa de no auspiciar, promover, ni apoyar una resolución contra Cuba, tanto de Castañeda como del presidente Fox durante su visita a Cuba, había sido vilmente traicionada.

Foto: AHMED VELÁZQUEZPuede ocurrir todavía que algunos de los que me escuchan digan: muy bien, todo está explicado de forma aparentemente lógica y articulada, pero ¿quién garantiza que Castro, considerándose un émulo de Shakespeare, no haya inventado este drama? Para los que así piensan, les ruego escuchen durante unos minutos la grabación donde constan las palabras precisas, con el tono y énfasis exactos de las voces de Fox y mía.

Los presentes en esta conferencia, si lo desean, pueden llamar de inmediato a Fox y Castañeda. Preguntarles si existió o no esta conversación el 19 de marzo entre las 11:30 y las 11:50 de la noche aproximadamente, si lo reconocen y si son o no exactas estas palabras. Si se probara que tal conversación no tuvo nunca lugar, y que éstas no son las palabras del Presidente Fox, me comprometo a renunciar de inmediato a todos mis cargos y responsabilidades como dirigente del Estado y de la Revolución cubana. No tendría cara para seguir dirigiendo este país con honor.

Me gustaría, en cambio, que los autores de tantas mentiras y del colosal embuste con el que quisieron manipular y embaucar al pueblo mexicano y a la opinión pública mundial, fuesen capaces de reaccionar con el mismo sentido de la dignidad y el honor.

Los pueblos no son masas despreciables a las que se puede engañar y gobernar sin ética, pudor ni respeto alguno.

Por decir estas verdades, las relaciones diplomáticas se podrán romper, pero los vínculos fraternales e históricos entre los pueblos de México y Cuba serán eternos.

Abril 22 del 2002

(OVACIÓN)

 

23/04/2002

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