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21/04/2002
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Llamadas de altura

Un moderno sistema de telefonía inalámbrica subió a las más intrincadas comunidades del Escambray, donde incomunicación es hoy una palabra en desuso

FÉLIX LÓPEZ

La pequeña Sandra ya no busca en el horizonte, entre nubes y bruma, a la comunidad de Arroyo Bermejo, en el intrincado Escambray villaclareño. Allá arriba, rodeada de cafetales y naturaleza pura, vive su familia, pero ya no los extraña tanto. Ahora puede llamarlos con frecuencia desde el internado de primaria donde estudia, pregunta por sus amigos y les cuenta cómo van sus clases...

"Ya no está tan lejos", dice Sandra, mientras marca en el teléfono los dígitos que se sabe de memoria. Y no se demora mucho, porque tras ella hay una larga cola de niños y pobladores que esperan su turno... Las lomas están "cerca" de todas partes, gracias a un importante proyecto de telefonía rural, materializado por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) en comunidades y pueblos del Escambray y la Sierra Maestra.

Al principio, todos quedaban boquiabiertos cuando los técnicos explicaban que no sería necesario sembrar postes y tirar costosas redes de cables. La palabra teléfono —tan vieja como su descubridor Graham Bell— les era familiar, pero muy poco se sabía por aquellas alturas de la telefonía inalámbrica. Tras las bondades de ese sistema y de los beneficios que ha traído a los pobladores de tan apartados parajes, subió Granma a las montañas de Manicaragua, en la provincia de Villa Clara.

BUENA VISTA

El ingeniero Juan Luis Echevarría va al volante con la seguridad de quien ha pasado más de cien veces por los peligrosos caminos que llevan al corazón del Escambray. A ratos, nos advierte de la "buena vista", pero con ese término no se refiere al paisaje, sino a la visión entre dos antenas, donde los árboles o las colinas no obstaculizan las frecuencias.

A Ubaldo, el médico de Arroyo Bermejo, la telefonía rural le trajo a un insustituible auxiliar.

Al llegar a la Radio Estación Nodal Bermejo (750 metros sobre el nivel del mar), Juan Luis saca sus planos y explica que existen 21 similares en las zonas montañosas de Villa Clara, Sancti Spíritus y Cienfuegos. En cada una de ellas, además de la torre, existe una parábola y un banco de baterías que se alimenta a partir de paneles solares. Esas estaciones funcionan como terminales y repetidoras.

José Luis y Silverio son como los padres de este proyecto.

"El sistema telefónico inalámbrico —explica José Luis— es una solución económica efectiva para suministrar conectividad a los residentes en centros urbanos o rurales que no cuentan con red telefónica física. Lo único que necesita es conectar una terminal inalámbrica a un teléfono convencional y estará listo para recibir y realizar llamadas.

"Además de su capacidad para combinar las ventajas de la tecnología inalámbrica con las centrales telefónicas convencionales, el sistema es recomendable para aquellos lugares donde se hace difícil la instalación de pares físicos de cobre debido a lo accidentado del terreno... El cobro por el consumo de llamadas telefónicas es igual al de la línea telefónica convencional".

BASTA UN TIMBRAZO

Cuando el doctor Ubaldo Felpeto Tejeda llegó al consultorio médico de Arroyo Bermejo, hace poco más de año y medio, no existía en esa comunidad montañosa ningún medio de comunicación, a excepción del terrestre: un ómnibus serrano que sube cada tarde, se queda toda la noche en función de ambulancia y regresa a Jibacoa con las primeras luces del amanecer.

"Si se presentaba una urgencia —cuenta Ubaldo— había que mandar a un hombre en mulo para que avisara al hospital y subiera la ambulancia. Ese trámite se resuelve hoy con una simple llamada. Y puedo seguir desde acá arriba la evolución de algún paciente ingresado, o me informo sobre la disponibilidad de medicamentos en la farmacia. El teléfono se ha convertido en un auxiliar insustituible".

Un poco antes de Arroyo Bermejo, en el barrio de Los Mangos, vive Diosdado Spin, el único cliente de la zona que tenía teléfono desde 1987: "Imagínense un aparato de magneto que se quedaba interrumpido con el primer aguacerito que aparecía, y había que estar podando los árboles para que no se partieran los cables... Y cuánta falta hace un teléfono en un lugar donde hay cuatro campamentos cafetaleros. Las colas que se hacían en mi casa eran tremendas. Todavía vienen algunos, pero ahora han puesto muchos aparaticos de esos por todas partes; y lo bien que se oye por ahí".

REVOLUCIÓN EN LAS LOMAS

Pedro Silverio, especialista principal de Ingeniería de la Red, en la agencia de ETECSA en Villa Clara, pierde la cuenta de las comunidades que ahora pueden llamar por teleselección a cualquier parte del país: Jibacoa, Pedrero, Cuatro Vientos, Sopapo, Pico San Juan, Pico Blanco, Arroyo Bermejo, Crucecita, Tres Palmas, Limones Cantero, Cordovanal, Condado, San Blas, Pretiles, El Caney, Boquerones, Alberto Delgado...

A todos esos sitios subieron, a la vez, la televisión, el video, la computación y el teléfono, sistemas que se alimentan por paneles solares, esos artilugios de la era moderna que terminaron por inventar la luz y ahuyentar el silencio. Ahora, cuando Rolando Cuevas y Omar Matías, reparadores instaladores de ETECSA en Manicaragua, suben en su camioneta todo terreno a uno de los sitios aquí mencionados, los niños corren a recibirlos con la alegría que siempre se espera a los seres queridos.

"Desde 1996, explicó Pedro García, gerente de ETECSA en Villa Clara, comenzó a soñarse ese proyecto. Muchas horas de trabajo y costosos recursos lo han hecho posible, pero nada superior a su valor humano y a la importancia del servicio que presta. La gente de la montaña está feliz, porque sabe que no está olvidada."

 

21/04/2002

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