MANILA, 20 de abril.—Más de 300 infantes
de marina del Pentágono desembarcaron hoy en la isla sureña de Basilán,
en el Archipiélago de Filipinas, segundo país de la campaña belicista de
Estados Unidos contra presuntos grupos terroristas en Asia, reporta Prensa
Latina.
El primero resultó Afganistán donde a
partir del 7 de octubre último recibió miles de toneladas de bombas y
soldados estadounidenses para tratar de destruir al movimiento Talibán
del mullah Mohamed Omar, y la organización Al Qaeda de Osama Bin Laden.
Sin embargo, ambos lideres permanecen con
paraderos desconocidos y miles de combatientes de las dos agrupaciones
operan aun desde áreas tribales colindantes en las fronteras entre
Afganistán y Pakistán.
De acuerdo con fuentes oficiales
capitalinas, el nuevo contingente llegó a bordo del destructor USS German
Town desde una de las 47 instalaciones militares del Pentágono en la isla
japonesa de Okinawa.
Las tropas se unirán a los 660 efectivos
que permanecen desde enero pasado en la isla de Basilán, unos 980
kilómetros de Manila, que combaten junto con el ejército filipinos
contra el grupo separatista islámico Abu Sayyaf.
La Abu Sayyaf (La espada de Ala) lucha hace
años por la creación de un Estado Islámico independiente en Basilán y
mantiene en su poder desde hace11 meses a un matrimonio de misioneros
estadounidenses y una enfermera filipina.
Del otro lado, el despliegue del nuevo
grupo de marines ocurre a solo 72 horas de la llegada de otros 2 700
soldados de Estados Unidos para participar en maniobras bélicas con el
ejercito filipino en la región de Luzón denominados Balikatan (hombro
con hombro).
Los nuevos ejercicios militares se
iniciarán el 22 de abril en Luzón Central y en ellos participarán 56
aviones y 5 600 efectivos, de los cuales 2 700 serán soldados
estadounidenses traídos de las bases de Okinawa, Japón y Hawai.
Pero, ese otro gran despliegue de tropas de
Estados Unidos provocó airadas respuestas de sectores políticos y
sociales, incluida la del vicepresidente Teofisto Guingona y canciller de
Filipinas, quien rechazó ese reforzamiento militar en el Archipiélago.
Según el diario Manila Times, Guingona
comunicó sus dudas a la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, gran
partidaria de esa presencia de Estados Unidos en los asuntos internos de
su país dado que considera que devolverá la Paz.
La Constitución filipina de 1987 y el
tratado bilateral de Defensa de1999 con Estados Unidos prohiben la
presencia por tiempo indefinido de tropas extranjeras en el Archipiélago.
Notimex que también refleja la información y afirma que el contingente
militar norteamericano está integrado por 340 efectivos, de ellos 60
miembros de la seguridad y 280 ingenieros (zapadores).