Exportar no es capricho

Alexis Rojas Aguilera

HOLGUÍN.— No por gusto se insiste en la necesidad de incrementar la exportación de productos no tradicionales. Se trata ni más ni menos, de algo particularmente importante para la economía del país.

Es así, por la sencilla razón de que resulta el camino expedito para el ingreso de recursos financieros "frescos" que la economía necesita a fin de sostener favorablemente las importaciones imprescindibles y crear reservas.

Esta verdad, casi de Perogrullo, parece, sin embargo, no ser bien entendida ni asumida por todos con la responsabilidad e inteligencia requeridas.

Lo cierto es que, en vez de estimular y proyectar la creación de nuevos productos o servicios, algunos empresarios prefieren no arriesgarse en nuevas búsquedas, mantenerse con lo hecho habitualmente y comercializar si acaso en el Mercado de Fronteras que les permite cumplir un plan de divisas.

Tal vez, los que de tal modo piensan y actúan, crean que están contribuyendo de la mejor manera al fortalecimiento económico de la nación, pero no es así. Si bien es trascendente cubrir el máximo posible de la demanda de fronteras, tanto para el turismo como para las TRD, también es muy importante crear nuevas fuentes de ingresos buscando posibilidades en el exterior. Potencialidades y talento abundan. Sustituir importaciones es relevante, mas si no exportamos...

Por estas razones, entre otras que pudieran enumerarse, vale reflexionar cada quién desde su puesto en el entramado socioeconómico cubano, para ver qué más podemos aportar a favor de validar el llamado Por Cuba Exportamos, que no es una campaña, sino un imperativo de la economía nacional. Los productos no tradicionales tienen que abrir caminos, los tradicionales, aunque necesiten un constante trabajo para potenciarlos, ya tienen mercados.