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18/04/2002
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Monumentos históricos

Para saber de dónde venimos

ORLANDO GUEVARA NÚÑEZ

Saber de dónde venimos, identificar dónde estamos y hacia dónde vamos, es un deber insoslayable de todos los cubanos y en ese objetivo desempeñan un importante papel los monumentos, ayudándonos a reconocer lo que heredamos y a reafirmar lo que somos.

Con mucha justicia, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, en su asamblea general celebrada en Alemania, en mayo de 1984, acordó declarar el 18 de abril de cada año Día Internacional de los Monumentos. Eso demuestra su valor universal.

El cementerio Santa Ifigenia guarda los restos del Héroe Nacional José Martí y una pléyade de patriotas de distintas gestas libertarias.

En Santiago de Cuba existen 31 monumentos nacionales, dos de ellos reconocidos también como patrimonio de la humanidad: la antigua Fortaleza de San Pedro de la Roca (Castillo del Morro) y el conjunto de ruinas de cafetales franceses, en la zona de la Gran Piedra.

El centro histórico urbano de Santiago de Cuba figura entre esas reliquias. Su historia, arquitectura, cultura y presencia durante más de cuatro siglos y medio, lo avalan. Tienen también esa categoría la Loma del Intendente y sus alrededores. Las casas natales del poeta José María Heredia y del Titán de Bronce, Antonio Maceo, así como la casa-museo de Frank País, forman parte de los monumentos nacionales santiagueros.

El centro histórico de Santiago de Cuba cuenta entre sus reliquias la casa natal de Frank País convertida en museo.

Muchos de estos lugares nos recuerdan epopeyas gloriosas de nuestras primeras gestas independentistas, como Pinos de Baire, donde el 4 de noviembre de 1868 —bajo la jefatura de Máximo Gómez— se ejecutó la primera carga al machete contra el ejército colonialista español. Asimismo, la antigua valla de gallos de San Bartolo, La Plaza de Baire, La Rinconada y Las Veguitas, relacionados con el alzamiento mambí del 24 de febrero de 1895.

El cementerio Santa Ifigenia, fundado el 22 de abril de 1868 y que atesora los restos del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, y del Héroe Nacional cubano, José Martí, junto a los de Mariana Grajales Coello y una pléyade de patriotas de las distintas gestas libertarias, es uno de los mas conocidos monumentos nacionales santiagueros.

Otros rememoran la caída de insignes luchadores, como en San Lorenzo, donde ofrendó su vida Carlos Manuel de Céspedes el 27 de febrero de 1874 y Loma del Gato, escenario de la muerte del León de Oriente, José Maceo Grajales, el 5 de julio de 1896. Mangos de Baraguá, con un legado que gana fuerza de presencia en nuestro quehacer revolucionario, se alza entre los monumentos nacionales santiagueros. Allí se realizó la viril protesta maceísta el 15 de marzo de 1878 y partió —el 22 de octubre de 1895— bajo el mando de Antonio Maceo, la invasión mambisa de Oriente hacia Occidente.

De las luchas más recientes se erigen como monumentos nacionales el otrora Cuartel Moncada, el Palacio de Justicia, el parque museo Abel Santamaría y la Granjita Siboney, escenarios donde la Generación del Centenario, encabezada por Fidel, reinició la lucha armada independentista.

Se suman a los ya mencionados la antigua Escuela Normal para Maestros de Oriente, fragua de luchas y líderes estudiantiles —entre ellos Frank País y Pepito Tey— y la Escuela de Artes y Oficios, ambas en la capital santiaguera. También el centenario museo Emilio Bacardí y el archivo histórico municipal, antigua cárcel provincial de Oriente y luego vivac donde guardaron prisión Fidel y otros combatientes moncadistas.

El majestuoso Pico Real del Turquino —elevación más alta de Cuba— y la Gran Piedra, que con sus 1 200 metros de altura sobre el nivel del mar preside la cordillera de igual nombre y es centro de interés histórico, cultural y turístico, son parte del patrimonio reconocido como monumento nacional. Escenarios de combates memorables son El Uvero, al sur de la Sierra Maestra, donde el 28 de mayo de 1957 la guerrilla revolucionaria ganó —al decir del Che— su mayoría de edad, así como El Jigüe, una de las victorias decisivas del Ejército Rebelde contra la tiranía batistiana.

Las comandancias rebeldes de Raúl Castro en Mayarí Arriba (II Frente Oriental Frank País García), de Juan Almeida en La Lata (III Frente Oriental Mario Muñoz Monroy) y el batey del central América libre (antes América), última Comandancia central del Ejército Rebelde, enriquecen nuestra herencia histórica. La Comandancia de La Plata, en la Sierra Maestra, Monumento Nacional, está enclavada en el territorio santiaguero y es atendida por la provincia de Granma, al igual que La Rinconada, sede del máximo mando rebelde en los días finales de la guerra —hasta el 19 de diciembre de 1958— también en la vecina Granma y atendida por Santiago de Cuba.

Esta provincia cuenta, además, con 43 sitios declarados monumentos locales, relacionados con el levantamiento armado de la ciudad, el 30 de noviembre de 1956, en apoyo al desembarco del Granma.

Como testigos de la dimensión patriótica y rebelde de la Ciudad Héroe, aquí están, conservados y como fuente valiosa de historia, los locales donde funcionaron nueve casas botiquines, cuatro dedicadas a arsenales, 23 casas cuarteles, y cuatro recintos ocupados por la dirección del movimiento revolucionario 26 de julio, que bajo la dirección de Frank País condujo la lucha.

En el marco de este 18 de abril, Día Internacional de los Monumentos, deberá recibir la placa que lo acredite como monumento nacional número 32 en la provincia, la sede del gobierno municipal, donde el Comandante en Jefe Fidel Castro proclamó el triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959.

 

18/04/2002

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