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18/04/2002
Portada de hoy

XL Aniversario del Conjunto Folclórico Nacional

Un monte alto y patrimonial

Andrés D. Abreu

Esa visión revolucionaria y comprometida de conservar el patrimonio cultural de la nación cubana ante el embate hegemónico de otra cultura, tiene en el Conjunto Folclórico Nacional cuarenta años de una raíz profunda en un monte de recios palos, crecidos al margen de un flujo de sabias meditaciones como las de Fernando Ortiz, quien por los años treinta pedía la promoción profesional de grupos portadores del conocimiento teórico de nuestras tradiciones populares.

De esas aguas bebió la tenacidad de Argeliers León e Isabel Monal y en ellas se limpió la voz de Lázaro Ross, quien con su canto anunció en mayo de 1962 la iniciación de una institución que con alta rigurosidad artística estilizó el baile, toque y canto de las tradiciones afrocubanas.

Foto: RICARDO LÓPEZSilvina, Pelladito, Clara, Lázaro, Nancy, Juanito y Micler: maestros que enseñan a las nuevas generaciones la tradición folclórica.

El Conjunto Folclórico Nacional, según expresó ayer a la prensa Juan García, su actual director, partió de hacer "del yo un nosotros", y transformar al ciudadano simple en artista, al artista en asimilador respetuoso de la espiritualidad sagrada, de convertir los acervos particularizados en aportes a una fusión de toda la raíz cubana en la que se incluye también lo campesino y la danza popular.

Figuras como Rogelio Martínez Furé, Rodolfo Reyes, Nieves Fresneda, Jesús Pérez, Trinidad Torregrosa, Gerardo y Justo Pelladito, Clara Ibáñez y Nancy Zamora, entre otras, abrieron esta historia consumada en obras como los Ciclos yoruba, congo y abakúa, Rumbas y comparsas, Yoruba Iyesá y Música popular. Catorce años después llegó el aporte de Arará y en los 80 el Tríptico oriental, de Ramiro Guerra.

A partir del 82, el Conjunto se propuso la integralidad de sus miembros en todas las manifestaciones (baile, toque, actuación y canto) y con Odebí el cazador, de Eugenio Hernández Espinosa, el espacio creativo creció y alcanzó una nueva altura.

A Santiago Alfonso por la entrega de la técnica danzaria, a Berta Martínez, Roberto Blanco, Rolando Ferrer y Adolfo Llauradó por la teatralidad impartida, a Mayté Vera por el Cabildo de Regla, agradeció el Conjunto su aporte.

La experimentación de los más jóvenes también ha ayudado a romper tabúes sobre la contemporaneidad de las raíces con obras como Guerrero, de Manolo Micler, y Obateleo (música de Carlos Alfonso y Síntesis).

García consideró que la llegada a estos cuarenta años, como una alegoría limpia del patrimonio cultural, se basa en un estudio del hombre en busca de su inspiración para que se convierta en parte de esta obra, alejada de las concesiones comerciales que intentan desvirtuar nuestro folclor. Para ello trabajan sobre egresados de las Escuelas de Arte, con las cuales colaboran docentemente en busca de garantizar la continuidad de un empeño artístico.

Con toda esta carga de arte, cultura y tradición, con todo el respeto del mundo, subirá a la escena del Mella el Conjunto Folclórico Nacional, el 28 de abril y luego los días 3, 4 y 5 de mayo. Invitados están todos y especialmente aquellos que han sumado sus palos a este alto monte.

 

18/04/2002

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