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Brutal represión en Montecristi Opereta anunciada con factura miamense ORLANDO ORAMAS LEÓN Tal y como habría advertido la Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, y que fuera denunciado oportunamente por Granma, el legado histórico de Martí y Máximo Gómez, y los lazos construidos en la historia común por cubanos y dominicanos, fueron mancillados en un sitio tan venerado para ambos pueblos como lo es el poblado de Montecristi. Allí, donde ambos próceres firmaron el Manifiesto del Partido Revolucionario Cubano, y desde donde partieron a hacer la guerra necesaria por la independencia de Cuba, los aliados y personeros de la mafia de Miami, vendepatrias a su servicio radicados en Dominicana, y autoridades del lugar, protagonizaron un acto destinado a todas luces a enturbiar las relaciones diplomáticas bilaterales. Ayer 24 de marzo, frente a la Casa Museo Máximo Gómez, donde se firmó el Manifiesto de Montecristi, fue realizado un acto-homenaje a personeros de la contrarrevolución venida de Miami, con la peculiaridad de que los que colmaban la tarima-tribuna eran más del doble de las apenas 40 personas que sirvieron de espectadores. Solo mediante feroz represión de la policía local, comandada por el coronel de la plaza, Gonzalo Espíritu Santo, pudo realizarse la opereta, tras ser desalojados por la fuerza numerosos amigos de Cuba que se encontraban en la Casa Museo para impedir la farsa. Bajo disparos de armas de fuego, porrazos, culatazos y gases lacrimógenos fueron detenidos varias decenas de miembros de la Campaña de Solidaridad con Cuba, así como representantes de diversas organizaciones y sectores de la sociedad dominicana, que realizaban en la Casa Museo un acto de repudio a los planes de convertir a tan sagrado lugar en trampolín para atacar a la Revolución cubana. Una declaración entregada a la prensa y firmada por 24 agrupaciones políticas, sociales, estudiantiles, campesinas y gremiales, entre otras, denunció los hechos y la participación del gobernador de Montecristi, Lorenzo Rodríguez, además de contrarrevolucionarios de origen cubano en la represión que causó heridas y lesiones a varios de los detenidos. Son esas mismas agrupaciones las que el pasado viernes habían anunciado su determinación de impedir que aquel terruño, símbolo de la hermandad dominicano-cubana, fuera utilizado para los aviesos propósitos de los enemigos de la Patria de Martí. Tales organizaciones en su comunicado de prensa consideran que lo ocurrido el domingo en Montecristi "constituye una actitud hostil del gobierno dominicano frente a la Revolución cubana, que a pesar de la denuncia anticipada, las autoridades nacionales hayan permitido, protegido y estimulado, desde distintas instancias del gobierno, esta acción provocadora de la mafia de Miami". La represión al estilo de las hordas pinochetistas no tuvo reparos en la presencia de mujeres y niños entre los que se encontraban en la Casa Museo Máximo Gómez, utilizada luego como telón de fondo para el show con que se agasajó a una delegación llegada de Miami y a la cual el gobernador Lorenzo Rodríguez públicamente otorgó la bienvenida oficial, acompañado del alcalde Luis Méndez. La propia membresía de los oradores y homenajeados, incluso con el título de huéspedes ilustres, expresa la esencia antihistórica del show: Mario Rivadulla, ex preso contrarrevolucionario, quien preside el autotitulado Comité Dominicano Cubano por la Democratización en Cuba, Luis Conte Agüero, otro que vendió su alma al diablo y fue alabardero pagado por la CIA desde la época de Radio Swam, así como el padre de Alex Penella, el alcalde del condado de Miami-Dade, cuyo cargo está muy vinculado al dinero de la mafia miamense. Claro que los dólares no están muy lejos de este nuevo plan contrarrevolucionario. De la mano de Ángel Miolán, dominicano directivo con Rivadulla del citado comité contrarrevolucionario, se reunió el mandatario dominicano en el restaurante Versalles de esa ciudad floridana con sectores empresariales en los que la mafia está bien representada. Allí se le vendió al mandatario un plan inversionista que tiene como eje fomentar el turismo, los juegos de azar y otros negocios en el país caribeño, en particular en Montecristi, cuyas bellezas naturales contrastan con el abandono y carencias sociales de esa localidad. En aquel viaje a Miami el jefe de Estado dominicano estuvo ante los micrófonos de Radio Mambí, libelo radial de la mafia bien conocido por sus ataques a la Revolución cubana y sus declarados propósitos de fomentar la desestabilización interna. No fue fortuito que la contra se acordara ahora de Montecristi, pues junto al dinero prometido llegan los planes de usar el lugar como trampolín para nuevas provocaciones, incluido, como ya se denunció, la presentación el 20 de mayo próximo de un llamado gobierno cubano en el exilio, el cual llamará a la insurrección en nuestro país. Como para darle más bombo y platillo, y sello oficial al acto del domingo, se preparó incluso un desfile militar que al final no tuvo lugar, quizás porque las fuerzas armadas dominicanas no quisieron ser utilizadas para la provocación contra Cuba. Asimismo, una marcha anunciada de los estudiantes del liceo José Martí tampoco ocurrió, pues la directora del plantel retiró a sus alumnos ofendida por los acontecimientos. Y para hacer más descarnada la intención, los hechos del 24 de marzo tuvieron lugar pese a que la Embajada de Cuba había coordinado y acordado con diversas instancias del gobierno y de la localidad, las actividades programadas como parte de la jornada del aniversario 107 del Manifiesto, a celebrarse entre el 22 y el 25 de marzo. El propio domingo, y en la Casa Museo, estaba previsto un programa que incluía la participación de delegaciones llegadas desde diversas localidades, entre ellas Santiago de los Caballeros, La Vega, Santiago Rodríguez, San Francisco de Macoris y la propia capital. Asimismo serían proyectadas las películas cubanas General de las ideas y Baraguá. Tal programa se cumpliría en la mañana, junto con una conferencia sobre nuestro Héroe Nacional, auspiciada por el Comité Martiano. En la tarde se completaría la celebración con la actuación de grupos musicales y artistas dominicanos. De ello estaba impuesto y de acuerdo las autoridades locales y nacionales, quienes a última hora comunicaron que tendría lugar el acto con la comitiva venida de Miami, lo cual deshonra lo acordado con la Embajada cubana y ofende a importantes sectores del pueblo dominicano. Tal actitud contrasta con el carácter que en nuestro país tuvo, el pasado 27 de febrero, el homenaje al prócer dominicano Juan Pablo Duarte, con la develación de un busto que lo recuerda en el Parque de la Fraternidad. Desde entonces, además, la bandera dominicana se iza junto a la Enseña Nacional cubana en el monumento al Generalísimo Máximo Gómez, ubicado frente al Museo de la Revolución, aquí en la capital. Si el domingo resonaron en Montecristi, junto a los balazos y los culatazos, los gritos de Fuera la gusanera y Viva Cuba Socialista, este lunes volverán a escucharse las expresiones de solidaridad entre dos pueblos hermanos. Allí los amigos de Cuba y los representantes de nuestro pueblo y gobierno harán justicia a Martí y Gómez, con un acto de hermandad, solidaridad y denuncia. Si la mafia tuvo su oportunidad de provocación, supo de primera mano que en el pueblo dominicano se conoce de qué parte están la historia y la verdad. Si los dólares de Miami pudieron más que el honor para algunos, por cada uno de esos hay muchos dominicanos que otorgan mucho más valor al honor y la dignidad. No en balde son estos los principios que nos legaron José Martí y Máximo Gómez. |
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