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Iniciada reunión de Jefes de Estado o Gobierno en Monterrey Irreconciliables diferencias entre países desarrollados y subdesarrollados Joaquín Rivery Tur MONTERREY, 21 de marzo.— Diplomáticamente, sin estridencias ni acusaciones, las diferencias planteadas entre países desarrollados y subdesarrollados se mantuvieron en la inauguración del llamado segmento de Jefes de Estado de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo.
La Cumbre fue inaugurada por un discurso del presidente de México, Vicente Fox, con una reiteración de la famosa frase de Juárez: "El respeto al derecho ajeno es la paz", no muy respetado por los países desarrollados y especialmente por Estados Unidos, cuyo esperado mandatario, para tristeza de algunos, no consideró necesario presentarse en el plenario ni dirigirse a sus homólogos. Fox llamó a abrir paso a un siglo de puentes, no de barreras; de encuentros, no de guerras. Inmediatamente después hizo uso de la palabra Kofi Annan, secetario general de Naciones Unidas, quien recordó que los países subdesarrollados están pidiendo la oportunidad de que se escuche su voz y se tengan en cuenta sus intereses cuando se habla de la gestión de la economía mundial, la oportunidad de comerciar, para lo cual el mercado tiene que abrirse a sus productos. Seguidamente pronunciaron discursos Han Seung-Soo, presidente de la Asamblea General de la ONU, y los máximos representantes del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, los tres últimos con menciones al hambre, los tres cuestionados por la mayoría de la humanidad y por muchos en la parte desarrollada del planeta. HUGO CHÁVEZ, PRIMERA DISONANCIA FUERTE La primera disonancia fuerte de la Cumbre fue pronunciada por el presidente venezolano Hugo Chávez, también presidente del Grupo de los 77 más China, quien llamó a enderezar lo que se está haciendo torcido en el mundo. "El mundo como va no es viable en el largo plazo", dijo y señaló cómo diez años después de la Cumbre de la Tierra ha continuado destrozándose el planeta. Año y medio después de la Cumbre del Milenio habría que preguntarse qué se ha hecho para cumplir la meta de reducir la pobreza a la mitad, subrayó. Asimismo, advirtió que "es necesario reconocer que el mundo está en una gravísima emergencia social, y que lo declaremos y actuemos en consecuencia". Añadió la necesidad de crear un Fondo Humanitario Internacional. Chávez expresó que un porcentaje de la deuda externa se pudiera dirigir a salvar vidas, igual que un porcentaje de los gastos militares y de las confiscaciones al narcotráfico, así como se debería aplicar un impuesto a las transacciones especulativas. El Presidente de Venezuela culpó al neoliberalismo por la situación de pobreza mundial cuando enfatizó que los llamados ajustes estructurales han producido desastres a los pueblos del Tercer Mundo. A punto de concluir su intervención fue interrumpido por el mandatario mexicano por haberse pasado del tiempo establecido lo que fue replicado por Chávez con el argumento de que antes que él los representantes de los organismos financieros internacionales como el FMI y el Banco Mundial igualmente consumieron más del tiempo establecido y no fueron interrumpidos. Chávez recordó que hablaba no solo en su condición de Jefe de Estado de Venezuela, sino como presidente del Grupo de los 77 más China. El último de los representantes regionales en hablar fue José María Aznar, presidente del gobierno de España, al que siguieron después las intervenciones por países. Al iniciarse los discursos de jefes de Estado de naciones del Tercer Mundo, comenzó a oírse en la plenaria parte de la realidad planetaria que nadie puede ocultar. Olosegun Obasanjo, el presidente de Nigeria, inauguró la lista de los que dibujaron las necesidades y reclamaciones de las naciones subdesarrolladas diciendo que su país no había podido obtener ni un centavo para poder aliviar la deuda externa y comprar alimentos para su pueblo. "Tenemos que seguir pagando el servicio de la deuda y ya la hemos pagado dos veces y media en los últimos años", dijo. La pobreza impide el ejercicio verdadero de la libertad, conspira contra la democracia, fueron ideas manejadas por el mandatario peruano, Alejandro Toledo, y luego continuaron jefes de Estado o de Gobierno de Micronesia, Togo, Bélgica, Canadá, Cabo Verde, Sudáfrica, Palau, Nicaragua y otros. Los representantes de naciones desarrolladas se mostraban optimistas, los subdesarrollados planteaban necesidades y demandaban a las naciones ricas que cumplieran su deber histórico, algunos prometían abrir sus países al capital extranjero. Hoy, a los críticos al contenido de la Conferencia se sumó la organización ambientalista Greenpeace, con un comunicado en el que se afirma que el evento "difícilmente tendrá un impacto positivo en la vida y el medio ambiente de los miles de millones de pobres en aras de los cuales supuestamente se está llevando a cabo". El tono de las naciones industrializadas sigue siendo, en general, el mismo, siempre con condicionantes para la ayuda, pero al frente del pelotón se encuentra George Bush que, por cierto, no estuvo en la inauguración del encuentro. El periódico Milenio comentaba mordazmente la posición norteamericana con este párrafo: "Tras décadas de sostener tiranos y ver funcionarios corruptos robar millones de dólares de ayuda, Estados Unidos y sus aliados insisten ahora en que solo darán asistencia a las naciones pobres si estas combaten la corrupción". Entre las contradicciones de la Cumbre, por ejemplo, se encuentran algunas internas de la ONU, porque mientras Kofi Annan, secretario general, decía que hacían falta 50 000 millones de dólares adicionales para el desarrollo, el Programa Mundial de Alimentos sostenía que solamente para abatir la desnutrición hacen falta 180 000 millones de dólares aplicados a la agriculturas del universo subdesarrollado. |
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Hugo Chávez, presidente de Venezuela, habló en la Conferencia a nombre del Grupo de los 77 más China.
