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26/02/2002
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Ciencia y tecnología

Contra el olvido

Orfilio Peláez

Suena contradictorio, pero en estos momentos de colosales esfuerzos por crear una cultura integral, la más milenaria de las ciencias, la Astronomía, no tiene el rango de asignatura independiente en los programas de estudio de los diferentes niveles de la enseñanza general.

Foto: ALDO MEDEROSPara el profesor Mario Alberto Arrastía, del departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, tal paradoja resulta inconcebible, sobre todo cuando se analizan los aportes de esa disciplina al progreso de la humanidad.

Ante todo, refiere el docente, la astronomía es una concepción científica sobre el origen del Universo, un verdadero arsenal de conocimientos para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos, cómo apreciamos e interpretamos el mundo en que vivimos.

Y más allá de su valor filosófico, se trata de una ciencia multidisciplinaria vinculada de manera directa a la física, química, matemática, geología, biología, geografía y prácticamente todas las ramas del saber humano, sin olvidar que todas las grandes civilizaciones (léase sumerios, griegos, persas, incas, mayas), estudiaron y dejaron valiosos legados a la Astronomía, indicó Arrastía.

Tampoco pueden obviarse las aplicaciones prácticas de esta verdadera "madre" de las ciencias en la agricultura, las telecomunicaciones, búsqueda de nuevas fuentes de energía y la propia salud del hombre, sin omitir que los sucesos astronómicos rigen el comienzo y fin de las estaciones.

EL ADIÓS DE UNA ASIGNATURA

Según refiere Arrastía, la Astronomía aparece en forma de asignatura propia en la década de los 80 del recién finalizado siglo dentro de la enseñanza media, específicamente en el grado 12, con un curso de cuarenta horas, y a partir de la adaptación de un programa de la antigua Unión Soviética.

La base del curso era fundamentalmente teórica y aunque en principio creó muchas expectativas entre los docentes y los estudiantes, en la práctica la propia falta de conocimientos previos sobre esa disciplina por parte de la mayoría de los profesores y las propias características del método de enseñanza, hizo perder el interés de los alumnos y la asignatura se quitó al finalizar el curso 1985-86, acotó.

Al mismo tiempo, el Estado invirtió recursos apreciables en la compra de telescopios soviéticos y alemanes sumamente precisos y de excelente óptica, con la finalidad de dotar a los preuniversitarios de esos imprescindibles instrumentos de observación.

Sobre este tema, varios aficionados a la astronomía comentaron a Granma que valdría la pena averiguar dónde se encuentran hoy esos equipos y si aún están en condiciones de poder usarse nuevamente.

Junto con su eliminación en el nivel de preuniversitario, apenas le dejaron 20 horas dentro de Física de noveno y duodécimo grados, la asignatura también desapareció como especialidad en la carrera pedagógica de Licenciatura en Física, única del nivel superior donde se impartía con esa categoría.

En la actualidad y salvo algunas pinceladas dentro de geografía, la astronomía está ausente en el nivel medio superior, mientras en primaria solo se dan determinados contenidos en las materias El Mundo en que Vivimos, y Ciencias Naturales, aunque es justo mencionar su reciente reaparición en Universidad para Todos, dentro del curso Fundamentos de la Ciencia Moderna.

La poca atención brindada a esta añeja ciencia, opina Arrastía, contrasta con la creciente circulación interna de folletos de astrología, algunos de ellos impresos en el país, y las frecuentes menciones a sus contenidos en algunos espacios de radio y televisión.

Sin duda y por lo que representa para la historia y la cultura del hombre, la Astronomía merece salir de su actual olvido. Además de hablarnos del origen del Universo, puede convertirse en un sano e instructivo entretenimiento.

26/02/2002

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