WASHINGTON, 26 de febrero (PL).—La Casa Blanca utilizó hoy un tono impositivo con Koffi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, al informarle el contenido de la agenda de su próximo encuentro con el canciller iraquí, Naji Sabri.

"Los inspectores deben regresar bajo nuestras condiciones, no la de otros", exigió Richard Boucher, portavoz de la Cancillería, al referirse a las demandas que según el Gobierno estadounidense deberá incluir el líder de la organización mundial en la reunión del próximo 7 de marzo con el Ministro del Exterior de Bagdad.

El portavoz recalcó, incluso, que Annan debe ser directo y no extenderse por mucho tiempo en la conversación, la primera entre la ONU y funcionarios iraquíes en un año.

"Esperamos que el Secretario General reitere este simple requisito (el cumplimiento de las resoluciones de la ONU)", señaló Boucher en alusion a las presiones de Washington para que la instancia global obligue a Iraq a recibir a los inspectores de armas.

Enviados al país del Golfo a raíz de la agresión del Pentágono contra Iraq a finales de 1990, los expertos en armas tenían la misión de descubrir presuntos arsenales nucleares en la nación árabe.

Unos ocho años después, los inspectores de la ONU fueron expulsados de Iraq y acusados de plegarse a los intereses de Estados Unidos, que supeditó el levantamiento de las sanciones impuestas por el organismo mundial a la no existencia de armas de destrucción masiva.

Ya el pasado día 5, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dejó ver cuál sería el final de cualquier acercamiento al advertir que las sugerencias de Bagdad serán recibidas con escepticismo.

Las autoridades iraquíes descartaron cualquier condicion antes de sentarse a la mesa de negociaciones, pero Annan les hizo saber que el regreso de los inspectores, cuya salida coincidió con la operación del Pentágono, Zorro del desierto, es una prioridad.

Bagdad ha denunciado que los verdaderos planes de Estados Unidos son los de invadir nuevamente al país para derrocar al presidente Saddam Hussein, objetivo que no pudieron cumplir en 1991 cuando George Bush, padre del actual mandatario norteamericano, estaba en el poder.