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![]() Liborio Noval Empezando a todo tren NIDIA DÍAZ Suele pensarse en solitario cuando se conoce que alguien ha recibido un premio nacional por la obra de su vida. Este viernes, tras conocer que había recibido tan alto galardón, nuestro colega Liborio Noval nos sacó del equívoco cuando, entre llamadas de felicitación, nos confesó que "era un honor pero, además, el resultado de muchos esfuerzos compartidos, de mucha experiencia colectiva asimilada, de muchas manos tendidas".
Esa memoria gráfica premiada, es su legado y en él aunó técnica, sensibilidad y compromiso, para situarse en la primera línea del periodismo gráfico durante más de 40 años de Revolución. EL HOMBRE TRAS LA CÁMARA "Hijo de padres españoles, nací el 29 de enero de 1934 en Lamparilla 316, entre Aguacate y Compostela. Mi padre murió cuando tenía 10 años. El resto de mi formación estuvo a cargo de mi madre y mi tío materno. Ellos no eran personas letradas, pero me enseñaron el respeto hacia el prójimo, el gusto por el trabajo. Recuerdo que siempre me decían que el trabajo no solo era la fuente de un salario, tenía que darme gusto y satisfacción.
"El 10 de enero de 1959 me llamaron para trabajar como laboratorista del periódico Revolución, independientemente que continué en la publicitaria hasta que esta desapareció un año después. El 3 de octubre de 1965, cuando surge el periódico Granma, me encuentro entre sus fundadores y aquí he permanecido desde entonces." ¿QUÉ HA SIGNIFICADO GRANMA? "Forma parte de mi vida. No puedo olvidarme un minuto de él. Para mí Granma fue el inicio de mi formación profesional. El periódico es una familia. Allí hemos visto crecer a nuestros hijos, ahora a nuestros nietos. Muchos de los compañeros de aquellos primeros años no están. "Yo disfruto conversar con los compañeros jubilados que cada día vienen al diario. No puedo olvidarme de todos los que han hecho este periódico, es la obra de mucha gente trabajando, muchas veces todo el día y al siguiente seguir." FIDEL EN TU FOTOGRAFÍA "Como de la inmensa mayoría de los cubanos, Fidel forma parte de mi vida. No soy su fotógrafo oficial, soy un fotorreportero, pero quizás sea uno de los que más lo haya retratado. Lo respeto mucho, soy incapaz de no decirle Comandante. A veces me turbo cuando he hablado con él. En su presencia trato de no estorbar, creo que eso es algo que he logrado en mi fotografía en relación con él: estar en el momento adecuado. "Logré hacer un libro de fotos suyas que recoge 38 años de su vida, de 1960 a 1998. Para mí, Fidel es un ser humano. Lo he visto disfrutar de una broma, tomarse un helado, hablar de pelota. Yo lo respeto por lo que es y, sobre todo, por esa luz larga que tiene." ¿Y EL PREMIO, QUÉ HA SIDO PARA TI? "En primera, es un problema porque me obliga a hacer mejor las cosas, porque es un escalón más. Sabía que mis compañeros me habían nominado como candidato del Periódico. Lo que sí me cogió por sorpresa fue el resultado final pues sé que había varios colegas que también se lo merecen. "Me alegra, me honra, eso quiere decir que he hecho bien mi trabajo, que he sido disciplinado, respetuoso. He vivido momentos duros en los que he participado, es cierto, pero también los he sentido, con compromiso, con entrega. "También pienso que el premio no debe ser para una sola persona, sino para varios. No es lo mismo ser fotógrafo que periodista de la radio, la televisión o la prensa escrita o ser un humorista." YO QUE CONOZCO A LIBORIO Al entrevistarlo este viernes en su casa, le pedí que me dijera cómo era Liborio. Sonriendo me respondió: "si tú me conoces". Entonces le advertí que le estaba dando la licencia de mejorarse. Ambos nos reímos. Es único e irrepetible: quisquilloso, perfeccionista, majadero, gritón, berrinchoso pero... solidario, humano, caballeroso, trabajador, quien está presente en las alegrías y en las tristezas de sus compañeros, quienes admiramos en él esa entrega para hacer de lo grande algo cotidiano y de lo cotidiano, algo grande. Es el único hombre que conozco que como él mismo dice "vivo con tres mujeres en perfecta armonía", Nidia, su esposa, y Laura y Pequeña, sus cuñadas a quienes, a su tiempo, habrá que levantar un monumento. Lo cierto es que debe a su familia parte de este premio y nosotros festejamos con él este justo reconocimiento. En la tarde del viernes, un amigo al felicitarlo le dijo: "estás terminando a todo tren". Y él le respondió: "¡Te equivocaste!, estoy empezando a todo tren". Ese Liborio, batallador y respondón es el que todo el colectivo del periódico admira, quiere, respeta y hoy felicita. |
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