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Tenis de mesa Leticia me perdonó la vida ALFONSO NACIANCENO Preguntarle la edad a una mujer incita a que te dispare, a quemarropa, una desafiante mirada. Pero, si no digo que el 10 de febrero la capitana de la selección nacional de tenis de mesa, Leticia Suárez, cumplió 33 años, cómo explicar su permanencia en el equipo Cuba durante más de una década. Cometida la osadía, ¿me perdonas la vida? No, no te voy a matar por preguntarme la edad, prefiero decirte que asimilo bien las cargas de entrenamiento, siento deseos de competir y, ante una casi total renovación de la preselección, quiero empujar a las novatas para ganar los Centroamericanos de El Salvador. ¿Por qué tan segura? Hugo Ferrer, jefe de cátedra, exige en los entrenamientos, rescató ejercicios olvidados como la preparación de multibolas, nos ha llevado a practicar mañana, tarde e incluso por la noche los que estudian, y los sábados competimos. Además, sentimos la atención de la Comisión Nacional, al tanto de nuestras preocupaciones, de cómo vivimos, no hay barrera para hablar de cualquier tema y eso ofrece confianza. ¿Podrán con Estados Unidos y Canadá? En los Panamericanos de 1999 el tenis de mesa no ganó medalla, ahora tenemos una situación que nos da para luchar por uno de los tres primeros puestos en República Dominicana, el año próximo, como paso importante para buscar después una ubicación en el ámbito mundial. ¿Cuántas horas dedicas a la preparación? Gracias a tener un compañero comprensivo, el entrenador de judo Armando Jesús Padrón, y a una suegra colaboradora, permanezco entre ocho y media de la mañana y cinco de la tarde dedicada al deporte diariamente. Claro, la forma física te ayuda para después llegar a la casa y dar una manito en los quehaceres. Hasta gano medallas los fines de semana a la hora de lavar, planchar y limpiar. ¿Cómo ahuyentas la monotonía del entrenamiento? Figúrate, golpear una y otra vez cientos de bolas dirigidas hacia un mismo punto de la mesa, indiscutiblemente cansa, pero la repetición del ejercicio mejora la técnica. No puedes pensar en el agotamiento, lo primero es concentrarte, que nada ni nadie te saque de lo que estás haciendo. ¿Joven y veterana en el deporte? Si así lo ves. Empecé a los 11 años, en Cienfuegos, con el profesor Carlos Lugones. Pasé por la EIDE, la ESPA e integro desde 1990 el equipo nacional. Siento alegría por lo que hago, y si he obtenido galardones en Centroamericanos, Panamericanos y torneos Latinoamericanos ha sido únicamente porque le pongo el máximo de interés a la preparación. Estoy graduada en Cultura Física y cuando termine como jugadora me gustaría ser entrenadora. ¿Serás entrenadora de niños o de mayores? Preferiblemente de niños. Recuerdo con cariño mis años de aprendiz, los primeros pasos en el tenis de mesa. Vienen a la mente de manera agradable los profesores Carlos Lugones, Alberto de Armas y Arturo Díaz, ellos ejercieron una gran influencia en mis inicios, esas son experiencias y enseñanzas que nunca olvidas. ¿Habrá boda? No lo he decidido, aunque no estoy prejuiciada con el matrimonio. Deseo, cuando ya no juegue, tener una hembrita. Mira que las niñas se apegan más a los padres... No importa, me gustan las niñas. |
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