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Noticien
A cargo de Orfilio Peláez
Científicos británicos
del hospital San Bartolomeu, diseñaron una novedosa cámara termográfica
portátil, capaz de registrar y analizar las variaciones de temperatura
que experimenta el cuerpo humano al realizar sus actividades cotidianas.
El equipo muestra en vibrantes colores los cambios producidos en ese
parámetro, desde un rojo intenso para las temperaturas más calientes,
hasta un verde fosforescente en el caso de las más frías. Así este
ingenio tecnológico detecta las reacciones térmicas de la cavidad bucal
al ingerir un helado o una sopa hirviendo, la interacción de la piel con
la temperatura ambiental, y el rubor que aparece en el rostro de dos
personas cuando se aman, por citar algunos ejemplos. Creada originalmente
para ser instalada en naves espaciales, la cámara tiene amplias
posibilidades de uso en la medicina, pues las anomalías en la
distribución de la temperatura corporal puede ser un indicio fiable de la
exis-tencia de un proceso patológico... El desarrollo de una
industria orientada a la obtención y comercialización de nuevas
tecnologías y productos exportables, que contribuyan, además, a resolver
problemas relacionados con la salud humana y animal, figura entre los
temas priorizados de la actividad científica del país para los próximos
años. Según datos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente (CITMA), los esfuerzos principales están dirigidos a conseguir
nuevas vacunas terapéuticas y combinadas, anticuerpos monoclonales,
reactivos y diagnosticadores, así como equipos médicos de alta
tecnología y programas informáticos. Otra de las proyecciones del CITMA
es impulsar el progreso de las ciencias básicas para incursionar en
nuevas disciplinas científicas, entre ellas, la bioinformática y la
nanotecnología... Un equipo de paleontólogos y antropólogos
sudafricanos descubrieron dentro de una caverna cercana a la ciudad de
Pretoria, la caravela casi completa de una mujer y la mandíbula inferior
de un hombre, pertenecientes al tipo de homínido conocido como
Australopithecus robustus, que vivió aproximadamente entre 1,5 y 2
millones de años. Junto a la pareja de fósiles, aparecieron también
rústicas herramientas hechas a partir de huesos. Tras un detallado
estudio de todos los elementos encontrados, los expertos sugieren que, al
parecer, el robustus era una criatura más evolucionada intelectualmente
de lo que se pensaba hasta ahora, al seleccionar y usar huesos largos y
afilados para cazar insectos y recolectar alimentos.
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