![]() |
|
|
![]() Ennis, la doctora de El Queso Texto y foto: Pedro Mora
Graduada con excepcional rendimiento académico en la filial de Ciencias Médicas de Bayamo, el servicio social la llevó a El Queso, barrio intramontano de Guisa. Para llegar allí, tomó un vehículo por la carretera que conduce de Guisa a Victorino. En lo alto de la Loma del Moro el paisaje le pareció minúsculo debajo, y el descenso la mantuvo en tensión por lo inclinado de la pendiente. Al bajar, penetró por un camino a la derecha y después de pasar varios pasos de ríos llegó al consultorio: "De entrada hicieron una fiesta para recibirme a mí y despedir a la doctora que terminaba. Nunca había estado en una montaña, pero enseguida me gustó el lugar y su gente", confiesa sin negar que extraña mucho a los familiares en Bayamo, y más aún a su abuelita. No oculta tampoco que sintió miedo la primera vez cuando montó sobre un caballo para ir al encuentro con un paciente aquejado: "Debía marchar a un lugar conocido como Cueva Fría y la bestia era lo aconsejable por su utilidad en la Sierra. Cuando iba bajando me dio por gritar, sentía temor... ahora ya tengo experiencia y hasta utilizo los mulos con más seguridad". ¿Y los resultados?, indiscutiblemente numerosos, el premio a todos los esfuerzos realizados desde septiembre: la mortalidad infantil y materna en cero, ningún niño con bajo peso, una guerra triunfante contra las enfermedades y, sobre todo, una vigorosa labor educativa. "Algunas personas acudían al consultorio solamente al enfermarse. Trabajamos para que asistan periódicamente o nosotros vamos a las casas. Igual ocurría con sus criterios sobre el uso de anticonceptivos, han evolucionado con las charlas", nos explica. La doctora Ennis Yanet Quincoses Nápoles investiga sobre la ingestión de bebidas alcohólicas, en la zona montañosa del municipio granmense de Guisa, donde ejerce sus funciones: "Aplico encuestas, converso con la población, entrevisto a bebedores habituales. Es útil todo lo que hagamos para luchar contra esa práctica. La labor educativa resulta decisiva". La atención a los vecinos de El Queso, sitio intrincado cercano a Victorino, requiere que esta joven recién graduada recorra grandes distancias para desarrollar su actividad científica : "Para visitar a algunas familias me paso hasta un día en ir y regresar. Un lugar muy difícil es la Loma del Gigante, la primera vez que la subí casi me desmayo, es muy alta, sin embargo, ya aprendí a vencerla". No es para menos, desde la Carretera Central, en las inmediaciones de Bayamo, mirando al sur el viajero tiene la oportunidad de ver, imponente, como desafiando a las nubes, esa elevada montaña muy parecida a la imagen de un volcán apagado. "El trabajo con el serrano —enfatiza— es muy bonito, me siento contenta. Siempre encuentro fuerzas para seguir adelante y cumplir con esta tarea tan importante para la salud de nuestro pueblo." Entre las alturas se forja esta muchacha que desempeñó funciones de instructora no graduada en Hematología, durante la vida estudiantil. En el futuro aspira a esa especialidad en su carrera. Ahora recopila experiencias en un verdadero combate por la vida, crece en medio de los avatares cotidianos y se empina, segura de cumplir los objetivos a ella confiados. |
![]() |
|||
|